Es imposible expresar con palabras lo mucho que ah cambiado mi vida desde Factor X. Para empezar, ahora vivo en Londres, formo parte de un grupo musical y tengo la oportunidad de viajar a lugares asombrosos... ¡Resulta increíble si me paro a pensarlo!
Cuando comparo el momento actual con cuando empezamos Factor X, soy consciente de que, como grupo, hemos mejorado mucho. En todos los aspectos, desde las melodías y el estilo al hecho de comprender qué significa estar en un escenario y ser parte de una banda. Creo que hemos ganado mucho en seguridad y todos sentimos que podemos ser nosotros mismos ante el público.
Sin embargo, por mucho que haya cambiado mi vida, en algunos aspectos las cosas no han variado tanto. Puedo llevar una vida normal. La gente me pregunta: <¿Te resulta imposible hacer todas las cosas que hacías antes?> En realidad, yo sigo saliendo a tomar algo o a cenar sin que me acosen los paparazzi. Solo tengo que ser un poco más hábil que antes al respecto.
Si quiero ir a algún sitio, intento no darle demasiadas vueltas. Simplemente lo hago y listo. Si tuviera que preocuparme continuamente por si lo que hago es o no es seguro me volvería loco y, al final, la vida hay que vivirla. Sé que hay sitios donde la gente o sus amigos me conocen, pero aunque me reconozcan les da igual.
En ocasiones pierdes cierto grado de intimidad, pero es lo que hay. Vas andando por la calle y alguien te hace una foto... ¿Y qué? Estás en un lugar público y es de esperar, no pasa nada. En cambio, si alguien me tomara una foto en mi propia casa, eso sí que me molestaría. Necesitas tener un lugar privado, íntimo.
Una de las consignas que he aprendido desde que entré en el grupo y a la que intento mantenerme fiel es <Trabaja mucho, disfruta mucho y sé amable>, porque funciona. Para poder pasarlo bien hay que esforzarse para alcanzar el éxito, y lo de ser amable con la gente, eso debería darse por hecho. Si todo el mundo fuera un poco más agradable con los demás, el mundo sería un lugar mucho mejor. Puedes elegir entre ser correcto con una persona o ser un poco más amable, y eso sólo puede alegrarle el día.
