Permiso para disparar (Actualizada)

Capitulo 11

Voy a mi habitación donde me aviento sin el mas mínimo de cuido encima de la cama, estoy realmente cansado después de tener una larga reunió con los proveedores que había sido mas una pelea campan de reproches hacia mi por no poder controlar a mi gente ¡Maldita sea Viktor! mi cabeza solo podía reprocharlo en mi cabeza, ya llevaba una semana sin verlo mis pensamientos son interrumpidos por unos golpes en la puerta

-Adelante.- dije al momento que me incorporaba en la cama

-Señor.- dijo Yurio entrando con un parde hombres cargando una gran florero con rosas rojas.-Perdone porque lo interrumpe pero tengo estos papeles que necesito que firme y también.- dijo volteando a ver el gran arreglo de flores.- también le mandan esto

-Dame los papeles para que pueda ir a dormir.- dije de mala gana

Terminando de firmar los papeles se retiraron dando una pequeña reverencia, al sentirme completamente solo me voy hacia la gran montaña de flores que esta frente mío, Viktor durante una semana me mandaba rosas pero nunca le contestaba los mensajes que mandaba, solo puedo sentir como el aroma de las rosas me comienza a inundar como si la flagrancia de Viktor viniera de ellas. Comienzo a tocar mi cuello haciendo que mi mano comience a explorar mis pezones recordando los toque me que daba Viktor.

En un  momento salto a la cama y empiezo a acariciarme como lo haría Viktor, la tensión se siente en el aire, suelto pequeños gemidos por mis caricias en mi cuerpo hasta que llego a mi miembro claramente erecto, comienzo a tocarlo con suavidad de arriba a bajo, el olor de las rosas es tan embriagador que puedo sentir como si Viktor estuviera a mi lado, sigo con mi pequeño trabajo entre mis piernas acelerando cada vez mas, hasta el punto de correrme mientras mi boca pedía a Viktor.

Después de recuperar el aliento y que mi cuerpo comenzara a reaccionar, me levanto y me limpio el abdomen que quedo con todo hecho un desastre. Me siento solo al no tener a Viktor cerca de mi pero no estoy todavía listo de perdonarlo, en tan poco tiempo se pudo olvidar de mi y hace que me sienta inseguro en sus verdaderas intensiones sobre mi. Con estos pensamientos en mi cabeza mi voy a dormir.

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Muy temprano en mi oficina estoy preparando todo lo necesario para poder organizar un banquete como una forma de disculpa de mi parte a los proveedores claro que no iba a ser suficiente para que estuvieran contentos después de todo el desastroso lio que nos había dejado Viktor. Pero había sido un buen inicio para que no quitaran su mercancía de nuestro negocio siempre y cuando tuviera las riendas de este negocio.

Comienzo a mover a mi gente de un lado a otro, unos con los preparativos del banquete mientras que otros en el transporte y distribución del producto, estaba supervisando que todo saliera de acuerdo a lo planeado. Unos golpes fueron los que me interrumpieron de mi largo papeleo, no se que estaba pensando en mi cabeza que tenia la esperanza de que fuera Viktor, que equivocado estaba

-Señor.- dijo Yurio entrando a la habitación.-necesitamos su aprobación para el se haga el traslado de la mercancía que se encuentra al Sur de Moscú al lado Oeste.

-Si.- dije un poco desilusionado.- necesito que vayan 5 hombres para que no haya ningún contratiempo.

-Si señor pero hay un pequeño problemas.- dijo revisando otras listas.- no tenemos los hombres suficientes para el resguardo de la fiesta y de los invitados

-Ve con los hombres de Christian quien puede hacerse cargo de la tarea.

-Enseguida busco entre ellos y los mando hoy en las noche para el banquete señor.- dijo también sacando una caja roja dejándola encima de mi escritorio.- su mascara señor.- dijo antes de irse

Claro que este banquete iba a ser de mascaras para que pudiera ser un poco mas intimo, tomo la caja roja enfrente mío donde al abrirlo pude ver una gran mascara de plumas placas que formaban unas pascara de un cisne. 

 En la noche

Me estoy arreglando para poder bajar a la sala grande para comenzar a recibir a los invitados, voy vestido con un hermoso traje azul marino con detalles dorados y con un poco de plateado, me sentía como el cielo nocturno que me recuerda a las noches en el pequeño pueblo de Japón donde antes vivía, que me hace soltar una pequeña sonrisa pero no es momento para recordar el pasado, me voy hacia mi mesita de noche, tomo la mascara y me la coloco para poder bajar.

Después de bajar por las escaleras siento como las miradas se clavan en mi, pude sentir como un embriagante olor de los Alfas en esta habitación que hacia que me embriagara de su olor, pero no hacia ni moverme hacia esas embriagantes olores el querer embriagarme pero no pudieron lograrlo. En un momento pude sentir como la habitación llego a llenarse por completo después de unos minutos, comienza a estar todo el salón infestada de personas con mascaras de animales.

Paso entre la multitud llamando la atención de varios, me siento con esa clase de sensualidad que robaría la mirada a mas de uno, varios de los invitados me invitan a la pista de baile a bailar tanto hombres como mujeres hermosas pero por una extraña razón solo tenia en mi cabeza a ese albino en mis pensamientos. Después de terminar de bailar con uno de los invitados me acerco a uno de los meseros a tomar una copa de vino, sin darme cuenta puedo sentir como alguien se me acerca sigilosamente, era un hombre alto con una cabello rizado de color negro, con una mascara de un león

-¿Me permites la siguiente pieza?.- dijo tomando mi mano para llevársela a la boca y poder depositar un delicado beso

-Claro que si.

Comenzó a sonar la pieza de música  delicadamente era una pieza del ballet clásico del lago de los cines, donde aparece el cisne negro a enamorar a toda la corte, por un momento me sentí ese cisne. Nos movíamos de un lado a otro del salón sin poder percatarme que nos habían dejado bailando solos en toda la pista que todos estaban atentos a nuestros movimientos. Hasta que llego la ultimo compas de la canción, el me tomo de la cadera haciéndome acércame peligrosamente a el ¿Iba a dejarme besar por un desconocido? ¡Claro que no! De un movimiento me alejo de el

-Fue un placer poder bailar con usted.- dije con una sonrisa

Me alejo de la pista de baile pero puedo sentir su agarre en mi brazo a tal punto que pude sentir como me hacia daño, volteo a verlo incrédulo con una ceja levantada

-¿Que crees que estas haciendo?.- dije de forma molesta

-¿Acaso no te gusto lo que acaba de pasar?.- dijo coqueto mientras aflojaba su agarre pero sin dejar de tomarme.- estábamos echando chispas ahí en la pista de baile

Me toma de la cadera posesivamente, pero en menos de un momento puedo ver como una mano se posa en su hombro y comienza apretar, podría reconocer esos ojos azules aun si tenia una mascara de un lobo negro, era Viktor

-Si me lo disculpa el señor me gustaría sacar a bailar al anfitrión.- dijo amenazante

-Y si te digo que no ¿Qué vas a hacer?.- voltea el desconocido hacia Viktor

Puedo sentir como el ambiente se comienza a tornar pesado, eran como dos bestias entre un león que comenzaba a gruñir y un lobo que mostraba cada ves mas sus dientes. Tenia que interrumpir esto antes de que estas dos fieras arruinaran esta noche, tomo a Viktor del brazo

-Vamos a bailar.- dije mientras lo veía a los ojos como si de un hechizo se tratase Viktor lo soltó

Viktor me toma de la cadera como una forma para poder marcar territorio, doy una ultimo vistazo al desconocidos que se quedaba atrás de nosotros apretando los puños de desesperación. Vamos directo a la pista de baile donde empiezo a moverme Viktor de una manera completamente diferente de como me movía, era mucho mas sensual era como hacer el amor bailando podía sentir que con cara giro con cada rose de manos me ardía la piel. Pero no solo era para mi este baile si no para todo el salón, era su manera de demostrar que era de su propiedad muy domínate que sentía que iba a ser devorado en cualquier momento. 

Al termino de la pieza, quedamos de frente uno del otro con nuestras respiraciones entrecortadas que poco a poco que acercaban mas, hasta que unió sus labios hacia mi, era como veneno en mi piel, un veneno que no quería que se acabara.