03. Curiosidad.

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Todo irradiaba luz y vida. Con el correr de los años un ángel notó el resplandor de aquel amor. Envidiosos de dicha gracia, decidió intervenir, o mejor dicho jugar un poco con la felicidad de aquel matrimonio.
No era un ángel cualquiera.
Entre sus dedos corría el destino de aquellas personas. Una sonrisa oscura se asomaba por cada acto que atentaba en contra de la vida y el bienestar de aquel hogar. Y es así como la curiosidad lo llevo a meter sus narices dónde no debia, dónde se le estaba prohibido. Ya era tarde para remediar cualquier error.
El tiempo corria y así como corría el tiempo también corría el ángel, de prisa por encontrar el camino que lo llevaba a la oscuridad.
Él no se daba cuenta, pero por cada paso que daba una pluma era teñida de color negro, de color envidia, de color noche, de color maldad.

Un amor inmortal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora