— ¿Olivia?—oía una voz que la llamaba a lo lejos— ¿Qué haces dormida en el suelo?
Kate regresó de casa de su amiga temprano para poder tomar un baño y prepararse para el trabajo. Al entrar se había encontrado con Olivia dormida sobre el suelo de la sala, vestida únicamente con las diminutas bragas que hacían parte del conjunto que habían comprado juntas para que ella le luciera a Zach.
— ¿Qué pasó? —preguntó, adormilada.
—No sé, dímelo tú, acabo de llegar y te encuentro en el piso dormida, ¿no se supone que ayer sería tu gran noche con Zachary?
De pronto todo vino a su mente. Ella yendo hacia el aeropuerto, esperando a Zachary al final de las escaleras eléctricas, luego la aparición del pelinegro abrazado a la mujer desconocida y por último el apasionado beso que se dieron de despedida a la salida de la terminal área.
—Zachary atrasó su regreso, —dijo, sin saber por qué le mentía a su amiga—tuvo una complicación con su negocio y vendrá hasta hoy.
— ¿Y por eso te quedaste dormida en el suelo? —Inquirió Kate—No lo sé amiga, pero hay algo aquí que no cuadra ¿acaso me estás mintiendo?
— ¿Por qué habría de mentirte?—dijo levantándose y caminando hacia su habitación, fingiendo molestia—No tengo razones para hacerlo. Zachary no regresó y yo me molesté un poco, tomé algo de licor y por eso quedé dormida en la sala, eso es todo. Fin de la historia.
—Nada de eso me suena Olivia, pero por el momento lo dejaré así. ¿Irás hoy a la veterinaria?
—Por supuesto, hoy llevarán al perro del señor Kent a su revisión mensual y no puedo darme el lujo de que lo lleven a otro lado solo por no abrir hoy.
— ¿Y aún tienes el auto de Zachary?
Olivia sonrió al entender la intención de Kate. —Si te apresuras en estar lista te llevo a tu trabajo antes de irme a la veterinaria, ¿de acuerdo?
—Gracias amiga, estaré lista en un abrir y cerrar de ojos.
Ambas mujeres se dirigieron a los baños ubicados en cada una de sus habitaciones. Mientras Kate tarareaba bajo el agua, Olivia se deshacía en llanto, aún sin poder entender lo que le estaba sucediendo. El agua fría recorría el contorno de su esbelto cuerpo mezclándose con las lágrimas que derramaba, cuando de pronto le sobrevino un temblor.
Comenzó a escuchar el ruido de una pelea, eran las voces de un hombre que discutía acaloradamente con una mujer. Envolvió su cuerpo en la toalla y salió para averiguar qué era lo que ocurría, ya que el ruido venía de algún lugar en su propio piso.
—Cómo diablos se supone que voy a contar contigo si todo el tiempo estás fuera de casa.
—Sabías muy bien quién era yo cuando nos casamos y nunca te opusiste o reclamaste cosa alguna, incluso viajabas conmigo, cosa que ya no haces ahora.
—Ahora es diferente.
— ¿Y qué es lo que ha cambiado según tú? Porque yo no me he dado cuenta de ningún cambio.
—Te darías cuenta si estuvieras en casa más tiempo.
—Volvemos otra vez con lo mismo. ¡Lo sabías! Yo no te engañé, sabías que esto sería así y lo aceptaste, ¿por qué rayos quieres cambiar lo que tenemos ahora?
— ¡Porque ya no somos sólo nosotros!
— ¿A qué te refieres?
—Las cosas deben cambiar porque yo...
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Dos vidas contigo
RomanceOlivia tiene la relación perfecta, con el chico perfecto. Su vida siempre ha sido de tonos blancos y negros, nunca un sobresalto, nunca algo fuera de lo planeado, nunca una sorpresa. Olivia estaba segura de que el hombre que le convenía, quien la po...