Se acerca el gran final

12 4 3
                                    


JAKE LOCKHART

—Jake, ¿por qué eres así conmigo? —dice Anny, interrumpiendo la película.

—¿Cómo?

—Tan humilde, caballeroso, no tan Jake.

—¿No tan Jake?

—Sí,  según lo que sé de ti eres un playboy que se aprovecha de las mujeres, egocéntrico,  estúpido...

—Lo sé,  lo soy.

—Pero no me tratas como éso,  todo varía.

—Pues porque me haces sentir diferente Anny, eres diferente.  Por éso no puedo estar contigo.

—¿Por ser diferente? —muerde su labio inferior.

—Sí —suspiré—, por temer a hacerte daño,  miedo a lastimarte, ilusionarte... —tragué grueso—, me siento diferente a tu lado, tan diferente que me aterra, me intimida Anny. Ése tipo de sentimientos que no te deja dormir, porque te calcome saber que algo en ti está cambiando y aún no sabes que es.

—Porque te estás enamorando de mí Jake —sonrió en mendia luna, sin mostrar sus dientes—, ése "sentimiento", lo siento yo Jake.

—No puedes estar más aterrado que yo —mascullé.

—¿Quieres apostarlo?

—Sería un reto.

—No, sería un reto si lo intentaramos.

—¿Lo intentamos?

—Vale, ven aquí Jake.

Unió nuestros labios en un largo y excitante beso. Ése tipo de besos por las cuales morías de tan solo ver sus labios moverse al hablar.

ALICIA STEEFTH PATERSON

¿Estar enamorada?
Esa no sería la palabra correcta, tal vez obsesionada, ilusionada,  sería una gran combinación entre todas. Estaría más que demente por Kendall, haría lo que fuera, ¿hasta donde podría llegar?, bastante lejos si me lo propondría. Sabía que a pesar de todo, Kendall era todo para mí, era esa clase de felicidad que si por razón "x" morirías, o dejarías de existir, que por esa razón... por la cual dejas de hablarle por segundos y ya piensas en querer morirte, preguntándote: "¿por qué no te escribió?".

—Kendall —me apresuré a decir.

—¿Sí?

—Te amo —concluyo uniendo nuestros labios, haciendo una hermosa combinación entre ellos, dejándole paso para que nuestras lenguas se unan entre sí. Gemí entre besos, al sentir el tacto de Kendall en mi pequeño trasero, acaricié su pelo desordenado, y lo besé desenfrenadamente. Moría por aquel chico, la cual siempre estuvo ahí para mí, siempre me quiso, y por estar en estúpidas riendas familiares, nunca me percaté de la hermosa presencia que siempre estaba conmigo ayudándome.

—Yo también te amo Hall —dice finalizando nuestro beso—, ¿que tal si vemos una película? —levanta una ceja, y sonríe.

—Sabes que odio que hagas éso,  vamos —tomo su mano—, ¿cliché? —pregunto, sabiendo que finalmente terminaré llorando en los hombros de Kendall, simplemente por ser tan sentimental y amar desenfrenadamente las películas de amor.

—Sería perfecto, tú eliges —besa mi pelo, y me hala hacia él besando nuevamente mis labios —Hall.... —dice desprendiendose de mis labios; yo solo asentí— ¿vivirías conmigo? —su pregunta hace que el corazón bombee sangre a toda costa, gapaloteando a millón.

Vuelvo a besarlo, no desesperada, si no más bien apasionada, disfrutando de sus comisuras,  disfrutando lo rico y delicioso que sabían sus labios, y explotando nustras lenguas unidas, explorando cada rincón de su deliciosa boca.

—Sí —respondo un poco tímida — ahora vamos por la película mi amor, haré palomitas —cambié de tema— tú encargate mejor de la película,  sí?

—Perfecto —deposita un pequeño beso en mis labios y se dirige a mi habitación.

—¡Kendaaallll! —grito.

—Dime, aquí estoy, ¿que pasa? —pregunta asustado.

—¿Y si mejor damos una vuelta y por un helado? —comento.

—Todo lo que quieras sería perfecto.

......

Tomo el baso de agua firme y lo tiro en su cabello.

—¡Toma esto idiota! —río fuertemente por la expresión de su cara.

—¡Me las vas a pagar Hanna! —Azota la almohada en mi cara por tercera vez —toma esto —ríe y yo termino por tirarle un poco del pastel que me devoraba —Hanna, mierda.  Ya verás pequeña —salí corriendo en busca de que tirar, él me siguió detrás con un rostro bastante enojado, entro a la habitación de Jake y me tranco allí.

—No podrás contra mí,  idiota.

—No te escaparás de mi pequeña. Tomaré una ducha.

Escuché un total silencio, por la cual supuse que Kendall se habría ido a duchar. Suspiré hondo y me recosté en la cama de Jake, miré unos segundos el techo, salí de la habitación ya que necesitaba agua, pero en vez de ésta recibí un baño de harina, fulminé con la mirada a Kendall que éste estaba enfrente con una cámara,  conteniendo la risa. Reí por lo sucedido y me lancé sobre él.

—Eres un idiota, sabes?

—Pero me amas —puse los ojos en blanco y lo besé.

—I hate you —comenté y él se alejó.  Frunció el ceño y luego río.

—No me puedes odiar.

—Así es —reí— caiste —Kendall se miró,  y notó que mi trampa era besarlo y ensuciarlo de la misma harina que me arrojó. Salí corriendo dirigiéndome a la cocina,  tomé un huevo y lo escondí detrás de mi espalda.

—Ya para,  vamos a ducharnos y dejar esto limpio antes de que Jake regrese —comenté —ahora llévame en tus brazos y tomemos una ducha juntos, ambos estamos bien sucios —Kendall me tomó por los muslos, lo que me dio tiempo de revolearle el huevo en el pelo,  reí por su expresión de asco. Pero para mi sopresa éste revolió un huevo en la mía.

—Te pasas, idiota —reí nuevamente — anda, vamos a ducharnos.

Prometo Cuidarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora