Prologo

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Laylani se encontraba sentada en una mecedora vieja de madera, observando el campo que la rodeaba desde el viejo pórtico de su casa.
Su estómago abultado guardando la vida de un nuevo ser ya era muy notable.
Gregory, su esposo desde hace ya 20 años, se encontraba en los corrales contando que ninguno de sus becerros faltara.

Poniendo una mano en su cintura y otra sobre la mecedora la mujer de 42 años se levantó dirigiéndose a la cálida sala de su casa.
Las goteras en la cocina, los muebles viejos pero bien cuidados y el piso de madera se hizo presente en su vista.

Caminando a su cama para recostarse noto una pluma sobre su pequeña mesa del comedor.
Una plumas color negro azabache, tan fina y delicadamente cuidada

"¿De donde salió esto?"

Se hizo esa pregunta en su mente.

"Cuidala"

Asustada reviso por todos lados con su mirada

-¿Quien esta ahí? -con un tono fuerte-

" Cuida de esa pluma, Laylani Monroe"

Terminando esa oración, un dolor se hizo presente en su vientre y un liquido recorría sus piernas. Su respiración se acelero y un grito salio de su boca, causando que Gregory entrara rápidamente. Los ojos del susodicho se abrieron al ver a su esposa con la fuente rota y gritando de dolor mientras caía a la cama.
Su transe duró poco para después salir corriendo en busca de la señora Jones, quien a su edad mayor había ayudado antes en partos, puesto que los hospitales quedaban a kilómetros.

Plumas de angel®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora