Las calles de la Huelva de 1679 se encontraban aparentemente desiertas, parecía como si la gente tuviera miedo a salir de casa. Ni siquiera los borrachos se hallaban en su lugar favorito de reunión, la taberna dos pies, algo que asombraba a cualquiera que tuviera conocimiento de la vida nocturna Onubense. Entre ellos a la "viuda negra" la conocida heroína del pueblo que esa noche oscura se encontraba patrullando el barrio, como era su costumbre hacer. Decepcionada por la poca actividad la morena iba pensando que tal vez se debiera a la estación o tal vez aquellos rumores que corrían sobre que un secuestrador andaba suelto. Esa era la razón de su patrulla. Los bajos tacones de sus botas altas de cuero negro hacían crujir de vez en cuando algún madero a dos aguas de las humildes casas. Su capa igualmente negra ondeaba suavemente por la velocidad que llevaba y por el viento otoñal, haciéndola parecer una sombra a la luz de la luna. De repente sus ojos verdes captaron movimiento, en un callejón mal iluminado por varios candiles. Paro en seco en su camino y se agacho en el borde de un tejado para observar mejor. Se trataba de un hombre embutido en ropajes realmente extravagantes y extraños que ella jamás había visto. El extraño desconocido miraba a su alrededor. La "viuda negra" bajo el ala de su sombrero con una pluma ocultándose más. Pero el extraño parecía avispado pues escruto la oscuridad y pareció verla unos instantes o por lo menos su figura. Ella empezó a trazar un plan. ¿Qué podía hacer? Nunca antes había visto a un tipo así, pero se preguntó si sería sensato bajar a preguntarle o acorrarlo para sonsacarle información. El hombre se acercaba a su tejado, lo que disparo el sistema de alarma de la viuda que como un relámpago, bajo saltando la casa aterrizando con elegancia en el suelo. Pudo ver frente a frente al desconocido. Era mayor que ella, con el pelo canoso, barba y de expresión seria. Vestía un traje moderno de color gris. La viuda desenvaino su espada y apunto con ella al extraño
-¿Quiénes sois vos y porque vestís así?-.
El hombre esbozo una media sonrisa, pero ella no entendía él porque
-Mi nombre es Fernando Monteagudo y vos sois Lucrecia Hernández, si no me equivoco-Respondió. Lucrecia vacilo un poco con el arma, pero segundos más tarde la mantuvo firme. No podía dejarse amedrentar
-¿Cómo sabéis mi identidad?
-Os lo explicare mejor si venís conmigo, he venido a reclutaros
-¿Reclutarme?-
-Si a reclutaros-Le contestó impasible y mirando al reloj de su muñeca derecha
-¿Qué es eso?-Pregunto asustada al ver su reloj. Era la primera vez en años que la morena sentía eso.
-Llegamos tarde. Te lo explicare todo en su debido tiempo. Y sin saber porque Lucrecia le siguió. Mientras en otro lugar y en otro siglo concretamente un 30 de septiembre de 1961 en Madrid Rubén Tudela forcejeaba con Augusto Lloverás, con el objetivo de salvar su vida pero cuando estuvo a punto de desmayarse por la falta de aire producida por la soga que augusto tenía alrededor de su cuello el grito de una mujer alta y pelirroja lo salvo. Lloverás se asustó e intento excusarse pero la mujer se acercó y sin medir palabra le dio con su porra un golpe en la cabeza dejándole inconsciente. Rubén Tudela le dio las gracias pero esta solo le contesto
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Crossover entre El ministerio del tiempo y Amar es para siempre (TERMINADA)
AdventureMezcla entre mis dos series favoritas amar es para siempre y el ministerio del tiempo. Disfrutarlo y dejarme comentarios