CAPITULO CINCO: TIEMPO DE RIMAS

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Las tres semanas que siguieron a la misión en la Inglaterra de 1509 se le hicieron eternas a la patrulla y muchas veces creían que no iban a tener fin. Lucrecia se encontraba echada de lado en su cama aquel 20 de diciembre suspirando de cansancio al pensar en Rubén Tudela. La onubense recordaba bien como el pianista había mirado a don Patricio después de que pronunciara esas palabras de felicitación y de solo rescatar ese recuerdo sentía como se le encogía el estómago, jamás había visto a su compañero mirar a alguien con tanto desprecio pero el pitido inesperado del mensáfono hizo que se sobresaltara y abandonara sus pensamientos y mirando a su alrededor ese endiablado sonido que le había proporcionado el ministerio para avisarla de las reuniones de la patrulla. Lucrecia esbozo una pequeña sonrisa a la vez que se incorporaba para buscar aquel peculiar objeto. Una vez lo alcanzo, consulto el breve mensaje, una hora y el número de la puerta por la que accedía siempre al ministerio. La idea la animo y tomo su capa del perchero y salió de su casa .Ya en el despacho de don Patricio echo una mirada a Rubén quien permanecía ausente

-Tengo una misión para vosotros patrulla, cuando quieras Laura-Dijo el subsecretario

La pelirroja pulso un botón del proyector que había en el despacho y en esta apareció una foto en blanco y negro de una ciudad que Rubén no le era desconocida

-Es Madrid-

-En efecto señor Tudela-Respondió don Patricio al instante.-Concretamente el Madrid de mediados del siglo XIX. Nuestros informadores nos han hecho saber de una alteración manifiesta en el año 1859-Continuo hablando el subsecretario del ministerio.-Laura por favor

La susodicha apretó una vez más el botón y el Madrid de 1859 se transformó en algún tipo de acta notarial, escrita a tinta y con una caligrafía elegante.

-Señores este acta certifica que don Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida contrajo matrimonio con la señorita Julia Espín el 29 de mayo 1859. Además de los nombres de la pareja podemos ver como uno de los testigos fue el hermano mayor Valeriano Domínguez Bastida Y como Joaquín Espín y Guillen reconocido músico de la época, entrego a su hija en el altar- Contesto el subsecretario.

-Pues que sean muy felices y que coman perdices ¿No?-Exclamo Rubén con sarcasmo.- ¿Se os ha pasado la fecha? ¿Queréis que les mandemos algo de nuestra parte?

-Le agradecería que no se tomara el asunto a risa, sabéis muy bien que nunca les convocamos para ninguna tontería- Respondió don Patricio.

-Disculpad  pero yo tampoco comprendo la problemática de este hecho-Afirmo Lucrecia

-El problema de este hecho es que esta boda nunca se produjo, basándonos en la historia que conocemos hoy Don Gustavo y Doña Julia nunca fueron marido y mujer. Se trata de una anomalía temporal que debemos resolver

-¿Y quiénes son esas personas?-Quiso saber Rubén con más enfado que curiosidad porque una cosa era evitar que la gente muriera de cólera y otra cosa muy distinta era impedir que dos personas enamoradas contrajeran matrimonio si querían hacerlo. ¿Qué importancia tiene que quieran casarse? ¿A quién hacen daño con esta boda?

Crossover entre  El ministerio del tiempo y Amar es para siempre (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora