Memoria única

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Se respira la pólvora, la tierra, la sangre, el llanto y el dolor. El miedo es el pan de cada día, ni al ir a dormir los deja en paz pues cabe la posibilidad de que no tengan la suerte de despertar.

Parado en medio del campo de batalla, hay un par de aviones planeando en el cielo pero no se preocupa ya que llevan la bandera de Corea del Sur, lo que ocupa su atención son enemigos que cada vez se ven más cercanos. Los aviones que planean muy bajo levantan pétalos de flores y un par aterrizan en su cabello negro.

—Te ves muy guapo —dijo entre risas colocándole una margarita a su novio en el cabello.

—¿Acaso no lo soy siempre? —se abalanzó sobre el moreno besándolo.

Se miraron perdiéndose en las dos gotas de vida del otro.

Cierra los ojos aspirando todo el temor y le ruega al cielo que Hakyeon no se preocupe, pase lo que pase su moreno debe ser feliz, seguir su vida con tranquilidad, con o sin él. Aunque Wonsik debe hacer lo mismo, no sabe si al llegar a la base volverá a verlo.

Acaricia el arma que cae por su pecho y se pregunta si será capaz de terminar con vida, y si tiene esa suerte cómo hará para que todo aquello que vive en el campo de batalla lo deje dormir por las noches en un futuro.

Y le pide perdón a su moreno, lo sentía si no volvía a casa y lamentaba si volvía porque aquellas manos que acariciarían a ser tan bello cargaron un arma de fuego para quitarle la vida a otros y sabía que aquellas manos morenas habían hecho lo mismo.

—No tienes que hacerlo —dijo Hakyeon acariciándole el cabello.

Estaban es el sofá viendo las noticias, Corea del Sur había entrado en guerra contra Corea del Norte. Se solicitaba a una persona por hogar y Wonsik no dudó en ser él.

—¿Y que vayas tú? No estoy tan loco.

—Yo también puedo hacerlo —puso los ojos en blanco apartando su mano.

Él también vivía en esa casa, también defendía su país... Él no se imaginaba una vida sin Wonsik.

—Me gustaría que no vivieras el miedo.

—No porque me quede aquí la guerra dejará de existir, mejor ayudar que estar refugiado en el temor ¿no crees? —Alzó el rostro para ver el mentón de su novio, éste agachó la mirada y se encontraron, Hakyeon con esa mirada decidida y Wonsik con total desaprobación.

  Pero como Wonsik no manda, Hakyeon se aferró a defender a su país y decidido formó parte del ejército que lucha contra Corea del Norte, Wonsik y él pertenecen a la misma base, pero no forman parte del mismo grupo y no siempre tienen la oportunidad de regresar. 

Ojalá pudiera tenerlo entre sus brazos ahora, como la noche en la que le pidió matrimonio, no habían podido casarse pero aquel anillo de oro que le adornaba el dedo anular significaba demasiado para él.

Su tropa lo llama para que se cubra, el ejército del norte está cada vez más cerca.

—Me encantaría quedarme aquí para toda la vida.

Hakyeon lo abrazaba mientras veían una película, estaba acurrucado en su pecho.

—Si comemos el asqueroso ramen instantáneo que hice igual y cumples tu sueño de morir aquí.

Arrastrando recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora