Al principio solo sentí frió. Un frió tan abrazador que hacia que mi piel escociera y que sintiera como si pequeños cuchillos se clavaran en todo mi cuerpo, un frió tan potente que me quemaba.
La desesperación era lo único que me mantenía consciente y solo podía pensar en que tenia que subir a la superficie, pero eso me era imposible.
Las idas y vueltas de las olas me habían mareado y ya no sabia si estaba uniéndome aun mas en las profundidades del océano o si realmente faltaba poco para salir a flote. Sacudía mis brazos y piernas frenéticamente, tratando de salvarme, pero el sentimiento de que mi vida se me escapaba de las manos era demasiado fuerte , demasiado real. Con cada intento de salvarme me empujaba más hacia la muerte.
Luego de eso tan solo perdí la conciencia.
......
Lo próximo que recuerdo es una opresión en mi pecho, como si me golpeara con martillo una y otra vez. Luego de eso empece a escupir agua, me incorpore repentinamente y lo único que vi era el cielo azul de una mañana helada, luego inconsciencia nuevamente.
......
Ahora tan solo flotaba.
Sentía que algo sostenía mi cuerpo haciéndome flotar en el aire y mis extremidades flácidas y como medio desconectadas de mi cuerpo, como si las pudiera sentir pero no moverlas.
Un suave bamboleo me mecía, como si los brazos invisibles que me sostenían me estuvieran cobijando para tranquilizarme. Mis parpados pesaban demasiado como para poder abrirlos y mi mente trabajaba a toda maquina.
¿Acaso seguía viva?
¿Esto se sentía morir?
¿Que significaba que no pudiera moverme?
¿Lo que me quedaba de la eternidad-si es que enserio estaba muerta- era esa sensación de impotencia?
¿Los muertos pueden pensar?
¿Los muertos pueden sentir?
¿En donde estaba?
¿Acaso había llegado al cielo y estaba con Dios?
¿O Dios realmente no existía?
¿Habría hecho algo malo y estaba en el infierno?
¿El infierno existía?
......
Sabanas y frazadas. Una cama y almohadas.
Ay gracias a los cielos.-pensé-Un sueño, un maldito y loco sueño que creo tu maldita imaginación Nora.
Giré sobre mi misma esperando sacar mi brazo de la cama y sentir como mis dos perros Pinky y Cerebro lamían mi mano como era su costumbre.
Pero eso no pasó.
Esta cama era notablemente mas grande y sus sabanas mas suaves.
Demonios, no fue un jodido sueño.
Abrí los ojos y me incorpore rápidamente observando todo lo que había a mi alrededor. La habitación claramente no era la mía.
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Lo que ocultan las olas
FantasyY ese debería haber sido el fin. Solo había sucumbido a la muerte, ya no podía luchar contra las olas. El miedo se había ido y en cambo había sido reemplazado por una sensación de paz y tranquilidad en mi interior. Después de todo la idea de mor...