Quiero que vuelvas

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No podía dejar de mirarla. Patinaba alrededor de una pequeña plaza mientras su largo cabello se ondeaba detrás de ella, se veía tan ligera, tan delicada, tan hermosa.

Habíamos ido a patinar después de la competencia, no podía entender como dentro de esa pequeñita chica hubiese tanta energía. Nada podía detenerla.

Llena de optimismo y valor, no había nadie como ella y es que como se podía suponer que siendo tan hermosa, tan positiva y agradable no hubiera nadie que no cayera a sus pies. Sin embargo, ella me había elegido a mí, y me sentía tan malditamente afortunado.

Quien hubiera pensado que ese día, mientras me preguntaba ¿cómo era que sobrevivía antes de conocerla? Sería la última vez que vería a Luna Valente.

Quiero que vuelvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora