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El pasillo blanco de emergencias hacia a Matteo sentirse inseguro y con miedo.

El lugar estaba casi vacío a excepción de él y Nina. Había llamado a los padres de Luna después del accidente y estos entre sollozos y lágrimas habían prometido a Matteo que ya iban para allá.

La preocupación era palpable en el aire. Matteo, saliendo del lio en el que se había convertido su cabeza, avanzo a paso lento y perezoso hacia Nina quien se encontraba en el piso contra una pared abrazando sus piernas.

El castaño tomo el hombro de la chica apretando suavemente para que ella volteara a verlo. Los ojos de Nina estaban rojos del llanto y las palmas de sus manos estaban marcadas debido a que Nina había estado clavando sus uñas en ellas con fuerza.

Recibió la llamada 2 horas después de haber ganado la competencia. El Roller tenía otra victoria y todos habían ido a celebrar como era de esperarse. Matteo y Luna habían salido inmediatamente de la competencia para ir a caminar. Nadie los entendía, ambos chicos tenían una especie de comunicación por miradas. Con solo verse sabían lo que querían. Algo que muchos admiraban.

Nina, se despidió de su mejor amiga con la promesa de verse más tarde, con la promesa de una llamada que resulto no ser lo que ella esperaba.

Matteo tomo ambas manos de Nina y las puso entre las suyas para después dar paso a abrazar a la chica con todas sus fuerzas. Porque aun que Matteo quisiera parecer fuerte. Se estaba derrumbando por dentro.

Su mente se llenó de recuerdos, pero uno en especial hizo a Matteo un manojo de nervios, lo llenó de dudas y tristeza. Hizo reaccionar esa parte sensible de todos nosotros. Lo hizo llorar.

La terraza en la que la roller band se había presentado hace un año le había hecho a Matteo sentir un gran orgullo por aquellos que, a pesar de todo, eran sus amigos.

El solo hecho de pensar en que no podría encontrar a Luna antes de tener que irse hizo a el chico temblar de los nervios. Si no está ahí, pensó, no la volveré a ver nunca más. Pero la duda que verdaderamente rondaba su cabeza era, ¿y si estaba ahí?

Verla buscando aquella medalla que tanto la distinguía causó en Matteo lo que necesitaba para no querer volver a separarse de ella nunca más. Causo eso que el necesitaba para prometerse a sí mismo. Amar a Luna.

El chico recordó las palabras de Luna antes de despedirse aquella vez.

"No hay distancia que cambie lo que siento por ti"

Y lo hizo preguntarse si eso también aplicaría si ella se tuviera que ir. Estando el aquí y ella tan lejos.

¿Seguirían amándose igual incluso después de la muerte de Luna?

Matteo, rogaba no tener que responderse nunca esa pregunta. Pero las cosas no siempre pasan como uno quiere.

...

Nada mas aviso que va a ser una historia cortita y la escribo por que la verdad tenia muchas ganas de hacerla.

Y pues gracias por leerla. 

:)


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