Capítulo 1: Cumpleaños Número Dieciocho

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Siempre pensé que mi vida sería algo ordinario, algo simple y aburrido. Nunca pensé que a mis dieciocho años, o mejor dicho justo después de cumplirlos, todo cambiaría.

Aquel viernes todo sucedió como de costumbre. Desayuné con mis padres y mis hermanos. Mis padres son buena gente, pero algo tradicionales. Ellos no están de acuerdo con la sociedad y sus costumbres de hoy en día. Más de una vez he discutido con ellos por mi comportamiento. Al igual que mis hermanos.
Aitana y Marcos tienen dieciséis años. Son mellizos, pero no podrían ser más diferentes. Pronto cumplirán los diecisiete. Yo soy apenas un año mayor que ellos. Por suerte, nos llevamos bastante bien, aunque Marcos es bastante sobreprotector con Aitana y conmigo.
Aunque debo decir, que mi vida amorosa es casi nula. No creo en el amor, y a mi edad creo que las personas sólo intentan divertirse. Tampoco creo en dios, en la vida después de la muerte, etc. Solo creo en todo aquello que puedo ver y tocar. Lo demás es como un cuento de hadas para mi.

En mi tiempo libre leo, pinto, hago ejercicio o voy con Isabel, mi mejor amiga, al lago. No tengo muchos amigos. Me considero bastante madura para mi edad. Pero con ella, puedo entenderme con tan solo mirarnos.

Esta noche iremos a una fiesta en las afueras de la ciudad. No somos de alejarnos tanto del pueblo. Pero la ocasión lo amerita.

Todo el mundo estará allí. Ya que es la primer fiesta del verano y será cerca del lago. Además, no sólo festejaremos mi cumpleaños. También festejamos el fin de año escolar, y que pronto iremos a la universidad. No sin antes, disfrutar al máximo de nuestras vacaciones.

Ambas nos pusimos un vestido. Isabel uno negro, y yo uno blanco. Ella recogió su rubio cabello en un rodete y yo dejé mis ondas al natural. Ella siempre me dice que envidia mi cabello, ya que es pelirrojo y muy largo, me llega hasta la cintura.
Me maquillé un poco mis ojos, para resaltar el color esmeralda en ellos, me puse tacones y ya estaba lista.

Llegamos a la fiesta justo en el momento en que todo comenzaba. Un chico, probablemente un par de años mayor que nosotras anunciaba el comienzo de la primer fiesta del verano en el micrófono. Había luces y antorchas iluminando el lugar, ya que era al aire libre. Podía ver el lago desde aquí y como la luna llena se reflejaba en el.

Quise ir hacia allí a contemplar su belleza un momento, luego recordé que estaba en una fiesta y era mi cumpleaños. Tenía que divertirme esta noche. Así que me dejé llevar. Comencé a beber y a bailar con Isabel.

Cuando comenzaba a sentirme un poco mareada, Mateo, quien había sido mi mejor amigo por muchos años, vino a saludarnos.
Nos conocemos desde la primaria, a diferencia de Isabel, que la conozco desde hace cinco años, cuando se mudó a mi vecindario. Que esta bastante alejado del pueblo y somos pocos los que vivimos ahí. Así que nos hicimos amigas rápidamente.
Con Mateo éramos muy amigos, siempre nos divertiamos y nos llevábamos más que bien. Hasta que un día, un poco borrachos nos besamos. Al otro día el confesó estar enamorado de mi, y cuando le dije que no sentía lo mismo. El simplemente se alejó de mi. Su trato se volvió más formal y más frío. Y la amistad que teníamos desapareció. Esto pasó hace unos meses, no puedo negar que lo he extrañado, pero si necesita su espacio se lo daré.

Bailé con el algunas canciones. Luego volví a mi lugar, en busca de Isabel. Pero no pude hallarla. Y Cuando voltee a buscar a Mateo, el ya no estaba allí. Comencé a abrirme paso entre la gente en busca de mi amiga.
Finalmente la encontré bailando con Cristian. Uno de los chicos más guapos de la escuela secundaria. El era conocido por ser todo un rompecorazones. El y su amigo Santino. Que bebía a su lado.
Santino es a la vista, el chico más lindo que alguna verás, pero también es un mujeriego y no soporto a los chicos así. Por eso me alejo de ellos.

Condenados: El Despertar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora