Me levanto de mala gana, como acostumbro, cada día.
Me preparo mecánicamente, revoloteando en mi habitacion, todo con el fin de toda una mañana en el hospital, muy tentador.
− ¡Becca ven y sube ala camioneta!− Grita la voz de mi papá desde la calle, subiendo a la camioneta junto a mi mamá y mi hermano.
En mi opinión, si me lo preguntan, Austin es el más imbécil de toda su generación. Tiene un repertorio muy bien surtido de ex novias que darían lo que fuera por colgarlo de un puente, todo un rompe corazones, lo cual me resulta de lo mas desconcertante.
Me apresuro a bajar a la tranquilidad del vecindario, solo atormentada por el insistente claxon de la camioneta. Camino al hospital hay un horrible silencio en la camioneta. Veo parejas, con las manos tiernamente entrelazadas, niños lanzándose de lo mas alto de una colina con un triciclo a punto de colapsar o un grupo de amigos destornillándose de la risa.
Llegamos y estoy temblando tan intensamente que puedo ver que Austin lo nota. Arquea las cejas, sonríe y me dice:
− Tranquila, ¿que es lo peor que podría pasar?− Bueno, al menos en eso tiene razón. Me echa un brazo sobre los hombros y nos encaminamos hacia la puerta.
Dejo de temblar y me tranquilizo. Entramos e inmediatamente me golpea justo en la cara el olor a medicamentos y desinfectante para pisos. Mi mamá habla con la recepcionista, es guapa, un poco mayor que yo, parece ser la típica rubia platino. Me encuentro con su mirada y me sonríe... ¿guiñándome el ojo? Al poner más atención veo que se dirige a Austin, que no puede borrar una sonrisa idiota de su rostro.
Ya veo porque tanta insistencia por acompañarme.
Finalmente, pasamos a la sala del doctor Williams.
− ¿Han empezado los síntomas y el dolor? − Pregunta el doctor
− No − Contesta mi mamá− En fin, ¿Que hay que hacer? ¿Cual sera el tratamiento?
«Que no sea lo que creo, que no sea lo que creo, que no sea lo que creo» −Pienso
− Pues hay un tratamiento indispensable para la leucemia aguda, temo que empezaremos con la quimioterapia y tal vez... tengamos que proseguir con la radiación, solo para prevenir. − Mis padres y Austin junto al doctor Williams voltean a verme.
Cuando escucho la ultima palabra, mi corazón da un vuelco, justo lo que temía, dolor y la perdida de mi cabello.
− Se lo administraremos de forma oral − Sigue el doctor Williams y saca una cajita, con pastillas, se dirige hacia mis padres
− Lo que usted hará es...
Dejo de poner atención, y pienso: ¿Voy a sufrir? ¿Me dolerá? ¿Cual sera mi aspecto? o no, que pregunta mas estúpida, mi aspecto no importa, para nada. Y luego pienso la pregunta que mas me incomoda: ¿Funcionara? ¿superare esto?. He visto esas películas dramáticas que al final, la chica o el chico muere, ¿Sera mi historia? Espero que no.
También he oído que la leucemia aguda tiene cura, son muy raros los casos, sin embargo, eso me llena de esperanza. Estoy hundida en mis pensamientos cuando oigo que alguien me llama:
-Becca, ¿estas bien?- pregunta mi padre. Ahora me doy cuenta, miro el reloj y han pasado 45 minutos.
-Eh... Si, si, solo estaba pensando en algo, nada importante.- El doctor Williams me mira preocupado.
-Bien señorita Watson, cuídese y tome en cuenta mis indicaciones -« ¨¿Cuales indicaciones?¨ »
-Pues muchas gracias-le dice mi madre- vendremos la semana que viene, si no ocurre ningún incidente...
Hay un prolongado silencio.
Mis padres le agradecen al doctor, mientras Austin bromea conmigo sobre la inmensa verruga del doctor. De camino a casa, pienso que debo de ser mas fuerte que nunca, para superar esta enfermedad, y si no lo logro, dirán que yo era una chica que lucho hasta el fin
Si muero solo me preocupa una cosa: mi familia, ¿que sentirán? ¿como lo superarán?, y la pregunta que más me atormenta: ¿como soportará el dolor mi madre?
ESTÁS LEYENDO
Cuestión de ti
Teen Fiction¿Que pasaría si te diagnostican una enfermedad terminal? Becca Watson se planteaba lo mismo, hasta que sucedió. Ahora, ¿y si conoces al amor de tu vida días después? Uno cambia la vida del otro. Y en un instante, el se vuelve una explosión de colo...