Me estoy maquillando en mi tocador, dándome un poco de rubor. Mi madre se infartaría si me ve con sombras en los ojos, por mas claras que sean. Hoy iré al cine con Teresa, y probablemente a comer algo, a pesar de que no me apetezca demasiado.
No dejo de pensar en Jace, ha pasado tan solo un día desde que me puse a gritarle en la banca, y me ha llamado 2 veces, que por cierto, no conteste. Tiene algo... algo que me hace no querer dejar de mirarlo, me hace sentir que puedo contarle todo, a pesar de haber hablado tan solo 15 minutos con el, por eso no le voy a contestar.
No quiero encariñarme, no quiero involucrarme mas en la vida de los demás, no quiero dañar a mas personas de las que ya he dañado.
Extrañaba tener estas salidas con Teresa, ella no es como otros de mis amigos, que me tratan como si fuera una niña de 5 años que se ha muerto su perro. Simplemente, ya no es lo mismo. Con todos menos con Teresa, pero hasta ella tiene sus limites.
Mi madre va a llevarnos en su camioneta al cine, y de ahí, iremos por nuestra cuenta, pues es eso o pasarme caminando unas horas bajo la luz del sol. En eso oigo la voz de mi madre desde el piso de abajo:
− ¡Becca, Teresa esta acá abajo esperándote!
− ¡Ya voy para allá!−le contesto ami mamá mientras bajo las escaleras corriendo− ¡Tessy! −le digo mientras la abrazo
− ¿Que tal?−me dice sonriendo−más vale que nos apuremos o llegaremos a la mitad de la película.
Nos subimos a la camioneta de mi madre y nos lleva al cine. Cuando llegamos me despido de ella y se va.
− ¿Que película veremos?−me pregunta Teresa mientras miramos la cartelera
− ¿Que te parece aquella?−le pregunto mientras señalo una película de comedia
− Perfecto
La película no estaba del todo mal, resultaba entretenida, de vez en cuando Teresa y yo soltábamos una carcajada. No comí nada más que palomitas naturales, mientras veía como Teresa se comía unas acarameladas y unas frituras que había colado a la sala.
Al salir del cine, me di cuenta de que lo veía todo borroso, me tropese una o 2 veces. Debe de haber sido la pantalla. Pero volteo a ver a Teresa y me mira preocupada.
− Oye, ¿te sientes bien? − Me dice acercándose ami posando su mano en el hombro.
Debe de ser uno de los síntomas de la leucemia, lo que es mala señal, pues significa que la quimioterapia no esta dando mucho efecto.
− Creo que no, veo todo borroso, te juro que apenas distingo tu rostro. − Le digo mientras me ayuda a sentarme, en una banca cercana.− En un momento se me pasará, eso creo.
Pasan unos minutos hasta que se me pasa el síntoma, aunque aun tengo un dolor de cabeza, pero no me importa, debe de ser el hambre. Llegamos al café y nos sentamos en una mesa al lado de una ventana. En eso, llega una mesera.
− ¿Que van a pedir?− Nos pregunto amablemente. Miro el menú, no veo NADA.
− Teresa, no alcanzo a leer, sigo viendo borroso, creo. ¿Te molestaría leérmelo?
Cuando por fin termina, yo digo:
− Eehhh... me gustaría el pollo al curry, y una limonada, por cierto, lo siento por hacerle perder el tiempo − Teresa me sonríe.
− No hay problema − Me contesta amablemente la mesera, se voltea hacia Teresa− ¿Y usted que va a pedir?
− Lo mismo −Contesta Teresa
− Buena decisión − dice la mesera mientras se aleja hacia la cocina.
− Estoy preocupada por ti, Becca − Me dice Teresa− ¿Segura que estás bien?
− Eso creo, solo es un síntoma − le contesto con tono despreocupado — Ha pasado algo...
Eso hace que se sobresalte.
— Escupelo
− Hace unos días... conocí a alguien
Ella arquea la ceja y me pregunta:
− ¿Como se llama?
− Jace, y es...
— ¡Es un hombre! — Grita aplaudiendo — ¿Hace cuanto que no hablabas con un hombre?
Pongo los ojos en blanco, y sonrió.
— Es... alucinante — Niego con la cabeza, ¿como describirlo? — Intercambiamos números
− ¡Intercambiaron números! — Esta eufórica, tal vez yo debería de reaccionar así — ¿Ya te ha llamado?
− No las he contestado — Le respondo quedamente — No quiero que se encariñe, ¿de acuerdo? Tendré que decirle...− Aprieto los labios − tengo miedo de que me juzgue.
− Por supuesto que no lo hará − me dice− Solo darte un tiempo para conocerlo, para saber si vale la pena conocerlo, si es de confianza, se lo dices. En algún momento tendrás que hacerlo.
Veo ala mesera acercarse a nosotras con 2 platos con humeante comida y limonadas en una bandeja. Nos la deja en la mesa y nos dice:
− Espero que lo disfruten.
− Gracias− Contestamos Teresa y yo así mismo tiempo. La mesera sonríe y se va.
Debo de contener un gemido de lo bueno que esta el pollo.
Teresa ni siquiera lo intenta, y come soltando quejidos de placer.
− Con respecto a ese chico, asegúrate de que no sea un psicópata.
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Cuestión de ti
Teen Fiction¿Que pasaría si te diagnostican una enfermedad terminal? Becca Watson se planteaba lo mismo, hasta que sucedió. Ahora, ¿y si conoces al amor de tu vida días después? Uno cambia la vida del otro. Y en un instante, el se vuelve una explosión de colo...