|Capitulo 1|

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6:45 am. 15 minutos para entrar a clase.

-Mierda. -Maldije cuando me di cuenta de la hora que era, y yo apenas me estaba vistiendo.

Genial.

Primer día de clases y ya iba tarde.

Me puse lo primero que encontré: Un jean oscuro y una camisa blanca. Encima me coloque mi suéter gris y baje corriendo las escaleras hacia la sala.

Mientras bajaba aproveche y me ate mi cabellera rubia en una cola de caballo alta, dejando algunos mechones por fuera.

Mi teléfono vibro en mi bolsillo, lo saque y vi que era un mensaje de Nick.

"NICK: Voy llegando ¿Ya estas lista?"

No me dio tiempo de contestar porque enseguida escuche el claxon de un coche en las afuera de la casa. Tome mi bolso y salí de la casa, ya no me daba tiempo de desayunar.

Me acerque a el auto rojo que está aparcado adelante de mí, bajaron los vidrios y pude ver el rostro del conductor.

-Hola, Princesa. -Sonreí inconscientemente.

-Hola, mi niño. -Abrí la puerta del copiloto para entrar en el coche. Ya dentro me acerque a Nick y le di un corto beso en los labios para luego acomodarme en mi asiento y abrocharme el cinturón. A los pocos segundos Nick puso en marcha el auto.

Nick Harrinson, mi novio. Chico popular, Capitán del equipo de natación, cuerpo de infarto. Alto, cabello corto y castaño y con unos hermosos ojos marrones.

Nick y yo nos conocemos desde niños, sus padres y los míos son amigos también desde la infancia. Aunque nuestra amistad, con el tiempo, paso a ser más que eso.

Amo mucho a Nick, pienso que es lo único bueno de mi vida aburrida y solitaria, además, es el único chico que mis padres aceptarían como mi pareja. Mi padre lo adora como si fuera su propio hijo, y mi madre dice que "Es digno".

-¿Cómo amaneció mi pequeña hoy? -Pregunto Nick. Voltee a verlo y el hizo lo mismo y me sonrió para luego volver la vista en el camino sin borrar esa sonrisa de su cara.

- Muy bien ¿Y tú? -Respondí sonriendo de igual manera.

- Bien, y más ahora que vi esos hermosos ojitos tuyos- Soltó una mano del volante y la acerco a mi mejilla para pellizcarla. Sentí el calor subir a mis mejillas, seguro ya estaba roja como un tomate.- Oww, se puso roja la niña.

- ¡Ay, Cállate!- Exclamo, cubriendo mi rostro con mis manos.

- ¿Por qué te pones así? Te ves hermosa toda rojita como un tomatico.- Reí ante su comentario y él se unió a mis risas.

Encendí la radio y pasamos lo que quedo de camino entre risas y cantos.

[...]

Cuando llegamos, Nick aparco en el lugar de siempre: ni tan cerca, ni tan lejos.

Me baje del auto rojo, gracias a dios llegamos a buena hora.

-¡Melanie! -Escuche que gritaron mi nombre a mis espaldas, y no tenía que voltearme para saber quién era. Esa voz chillona la reconocía donde fuera. Aun así, me gire.

-Hola Melissa. -Intente sonreír, aunque creo que pareció más una mueca que una sonrisa.

A Melissa también la conozco desde muy pequeña, ya que además de vivir cerca de donde yo vivo, su padre está haciendo negocios muy importantes con el mío. Según mi mamá, llevarme bien con ella ayudaría mucho.

Melissa no es tan mala, solo que suele pensar muchísimo más en sí misma que en los demás y eso la lleva a lastimar a muchas personas sin ella darse cuenta.

Atrapada En Un LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora