The Lucky One {HunSoo}

Spin Off.

Varios años había transcurrido desde que ambos se habían unido como pareja, para ser exactos, unos 6 años. SeHun aún era parte de la manada como uno de los posibles Alfas que estarían a cargo en un futuro.

- Papi, papiiiiii, necesito ayuda.

La pequeña niña clamó por su padre mientras intentaba hacer un buen dibujo de su familia, y no era más que un gran dibujo en una hoja de color blanco con muchos colores fuertes en cada integrante.

- Ya voy, mi reina, ya voy...

KyungSoo a paso lento caminó hasta la mesa donde su pequeña se encontraba dibujando, con gran dificultad se sentó a su lado, posando una mano sobre su creciente abdomen.

Lejos de la manada ellos vivían una vida muy tranquila, había una pequeña cabaña remodelada a su gusto, aún permanecían en el territorio protegidos y su ahora esposo, podía acudir a sus llamados rápidamente.

- ¿El bebé molesta, Papi? -Preguntó aquella hermosa niña de cabellos castaños y labios acorazonados, iguales a los suyos.

- Un poco, mi amor... ¿En qué te ayudo? -Preguntó KyungSoo acariciando su vientre mientras veía a su pequeña.

- Si papá es hijo de la Luna, ¿Debería ponerlo más cerca de ella?

- ¿Qué cosa?

- En la escuela algunos niños cuentan que Papá tiene el pelo plateado y es tan blanco porque es hijo de la luna, yo les creo... Hay una leyenda sobre él.

Estaba sorprendido, y sabía que no eran más que cuentos creados por los mismos niños pero que fueran con SeHun, su SeHun, lo dejaba atónito.

- Alma, ¿Te sabes la leyenda? Podemos contársela a Papi cuando vuelva. -Murmuró con una sonrisa acariciando los suaves cabellos de su niña.

~ • ~

SeHun había vuelto a casa en la noche. Y su pequeña aún no había dicho nada al respecto, por lo que llamó a su familia para sentarse en el porche de la cabaña a escuchar aquella divertida leyenda.

KyungSoo se había sentado al lado de SeHun en una pequeña hamaca que allí había, entrelazaron sus dedos sobre su abdomen y dispuestos a escuchar hicieron silencio. Estaba claro que la leyenda era creada por niños, KyungSoo lo sabía pero era atrapante.

Resulta que la leyenda era más sobre el origen de su esposo y como su vida servía solamente para proteger a los que amaba.

- [...] Fue entonces que el lobo, hijo de la luna, encontró el motivo por el cual quedarse en la tierra. Un adorable lobo había conquistado su alma y lo había convencido de quedarse para ser su guardián. Ambos se alejaron de la manada y fueron felices viviendo una eternidad juntos... Fin. -Al terminar de narrar la historia su pequeña soltó un largo suspiro, fue dentro de la casa y le entregó el dibujo a su padre que gustoso lo recibió.

- Almi es hora de dormir. Gracias por la historia y por el dibujo, está hermoso, pero es hora de ir a la camita.

Luego de recostarla y darle las buenas noches regresó con su esposo y se rió.

- ¿Crees en eso? Digo, la leyenda. Tu sabes la verdad.

- Es adorable, Hun. Dejala que crea en lo que quiera. Y sí, sé la verdad pero no le voy a decir a Alma, no ahora.

- Está bien, entonces, estás casado con el hijo de la luna, que suerte ¿No? -Dijo SeHun bromeando al respecto acariciando suavemente el abdomen de su amado, tendrían otro bebé y le gustaba demasiado mimarlo.

- Por dios, el hijo de la luna me ha escogido para ser su pareja, que emoción.-Respondió KyungSoo lo más serio posible.

- No te hagas, en verdad te habías emocionado cuando te escogí como pareja, Soo.

- Sí y debería darte las gracias por hacerlo, desde entonces soy muy feliz, SeHun... Te Amo y mucho. -Poco a poco, KyungSoo acercó sus labios a los de su esposo y los unió en un lento beso.

- Te amo más, mi Soo. -Dijo SeHun entre besos sobre sus labios, volviendo a besarlo.

No sabía si debería creer algo de aquella leyenda pero la simple historia que su niña contaba le había hecho pensar que de verdad había varios motivos para pensar que aquella locura podría ser cierta.

Sin embargo, lo que sí creían ambos era el final de aquella historia.