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Hoy soñé contigo.
Sí, hoy soñé contigo, mi pequeño ángel de alas rotas.
Te tenía aquí, conmigo, una vez más, y no, no hubieron lágrimas, esta vez no hubo una carta de despedida ni ambulancias, esta vez no tuve que gritar tu nombre, esta vez no me culpé, porque esta vez, eras tú misma; sí, eras tú misma, Fer, eras tú corriendo mientras pedías que te atrape, eras tú escondiéndote mientras pedías que te busque, eras tú sonriendo de lado cuando, al tomar uno de tus amargos cafés me veías hacer muecas extrañas.

Hoy soñé contigo.
Sí, hoy soñé contigo, mi pequeño ángel de sonrisas ocultas.
Ahora estabas echada en el gras, pediste que te acompañe, lo hice.
Pediste que tome tu mano, no me negué.
Sonreíste de lado, lo hice también.
Pero, pequeña, esa mirada es la que nunca saldrá de mi memoria, esa mirada infinita que tenías al ver las estrellas esa misma noche, porque, querías ser una de ellas; curiosamente, lo lograste, curiosamente me tienes en el mismo gras, echada, con la ausencia de tu tacto pero con la visión de una nueva luz que me hace admirar el mismo cielo estrellado.

Hoy soñé contigo.
Sí, hoy soñé contigo, mi pequeño ángel de heridas abiertas.
Estabas ahí, en la misma esquina donde te vi por primera vez, solo que esta vez, no tenías heridas, esta vez tu voz no temblaba, esta vez no vi lágrimas, esta vez me regalaste una sonrisa.
Pero debo admitirte que detesté esa sensación, debo de admitirte que detesté sentirte plenamente tranquila, porque, significaba que estaba conociendo a alguien común y corriente, y no, pequeña, tú nunca fuiste así; y no, pequeña, no lo intentes otra vez.

Hoy soñé contigo.
Sí, hoy soñé contigo, mi pequeño ángel de porcelana.
Tenías un vestido lleno de huecos, sí, uno de esos que tú misma cortabas para salir a danzar bajo la lluvia mientras yo, orgullosa, te observaba a lo lejos con una sonrisa en el rostro y una pastilla para la alergia entre los dedos.

Hoy soñé contigo.
Sí, hoy soñé contigo, mi pequeño ángel caído, hoy, mañana y siempre.

High (diario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora