Cap. 1 - Mirarte desde lejos.

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Tal y como yo rechazé a Violeta, sé que me rechazará Kentin. Es algo con lo que tengo que vivir continuamente, vivir sabiendo que nunca tendré la oportunidad de estar con él, el chico del que estoy loca y perdidamente enamorado. Las noches son extenuantes, su rostro viene repetidas veces a mi mente sin control haciendo que enevitablemente me sonrojara, su manera de reír, de sonreír, cuando se enfurruña, por no decir lo adorable que se vuelve cuando se sonroja... cuando la ve a ella...

No puedo evitar que mi corazón se desgarre ante esa imagen, ver cómo el chico de mis sueños vive enamorado de mi mejor amiga. No soy mala persona, les dejaría vivir su amor, si es que tuvieran esperanzas. Lynn, a parte de mi mejor amiga, es mi cuñada. Ella y mi hermano Armin están en una relación seria desde hace dos años. Y Kentin lleva enamorado de ella muchos más años.

Me siento patético. Tumbado en la cama, mirándo el exterior por mi ventana tapado hasta las orejas llorando ante la brillante luz de las estrellas, podía sentír mi almohada levemente mojada bajo mi rostro, pero no podía apartar la vista, la luminosidad de las estrellas me recordaba a los esmeraldas ojos del castaño. Me estaba torturando, yo mismo me estaba haciendo daño. Pero llevaba demasiado tiempo enamorado, cada vez que intentaba alejarme e intertar desenamorarme de él, lo único que lograba era enamorarme más y más.

Un fuerte sollozo salió desde mi garganta, rápidamente tapé mi boca, no quería que mis padres o mi hermano vinieran a ver que me sucede, son las cuatro de la madrugada. Mis padres tal vez no vengan, dudo que a estas horas puedan percatarse de mi llanto. Lo que de verdad me preocupa es Armin, él sabe cómo se siento respecto a el tema, y no dudo en que el sí vendría al escucharlo. A veces no soportaba que se quedara hasta tan tarde con sus videojuegos.

Escuché leves pasos en el pasillo y me puse rígido durante unos segundos, hasta que pude escuchar como mi puerta se abría sigilosamente. Maldición. Era obvio que Armin sí me había escuchado. Estaba de espaldas a él, por lo que no sabía dónde estaba exactamente hasta que sentí mi cama hundirse a mi espalda y luego su mano sobre mi hombro.

- Alex... ¿estás bien...?

Cerré mis ojos con fuerzas mientras mi cara fruncía una clara mueca de sufrimiento y las lágrimas ya me eran imposibles de ocultar, me dí la vuelta con rapidez y abracé el torso de mi hermano mientras ahogaba mi llanto en su cuello. Él correspondió mi abrazo e intentó consolarme durante varios minutos sin romper el silencio.

- Tranquilo... es un idiota por no ver lo que se está perdiendo...

- Pero aún así, nunca se va ha fijar en mi de esa forma, sabes que está enamorado de Lynn. - ahora él frunció una leve mueca.

- Sigo pensando lo mismo, es un idiota... Has sufrido bastante por su culpa, creeme que ha veces me entran ganas de partirle la boca.

Solté una pequeña risa, estaba claro por qué no lo hacía, Armin era un gamer cabezón y atrevido, pero Kentin había estado en una escuela militar, sabía como defenderse y como hacer daño con poco esfuerzo. Era más que obvio quién acabaría perdiendo, Armin tenía todas las de perder. No podía negar que me hacía un poco de gracia, pero luego recuerdo a Kentin entrenando en el parque, su cuerpo corriendo, lleno de sudor y con el pelo pegado a la frente mientras corría con Cookie a su lado. Aquel cuerpo hace estragos al mio.

Fingí quedarme dormido solo para que Armin pueda irse a dormir, bastante carga él, no quiero fastidiarla más todavía en el grupo. Al día siguiente habíamos quedado en ir al cine en grupo junto con los demás chicos. No quería que hubiese más tensiones, sinceramente, lo que realmente necesito es hablar con Lynn y Rosa. Son las únicas que podrían ayudarme ahora.

Al día siguiente había un buen ambiente en la sala de descanso del centro comercial, solo faltaba por llegar Lysandro. La verdad es que no me explicaba cómo se las arreglaba para saber llegar al instituto perdiéndose de esa manera. Estaba sentado junto a Rosa y Castiel, el pelirrojo estaba refufuñando sobre la libreta del victoriano, al parecer, estaba llegando tarde porque había vuelto a perderla. Era todo un desastre.

En el sofá de entrente estaba Kentin hablando animadamente con Kim y con una tímida Violeta. La ironía. Violeta me miró de reojo y se sonrojó apartando rápidamente su mirada. Ah, Violeta, Violeta... como te entiendo ahora. Desde dónde estaba podía ver claramente todas las facciones de la cara de Kentin, estaba sonriendo radiante ante el, para él, inexplicable sonrojo de Violeta, estaba casi recostado en su asiento con las piernas abiertas y un brazo en la parte superior del sofá mientras ahora le contaba animósamente algo a Kim.

Agaché mi cabeza, no se por qué sigo haciéndome esto. Rosa dejó de prestarle atención a Castiel, que ahora estaba al teléfono regañando a alguien, seguramente el victoriano, la peliplata me miró con el ceño fruncido y pasó su brazo por mi hombro.

- ¿Te encuentras bien?

- Todo sigue igual, Rosa. Nada ha cambiado en estos dos años. No se si simplemente es un idiota por no darse cuenta de mis coqueteos o es que pasa de mi.

- Es Kentin, sabes que está demasiado fijo en Lynn. Aunque respeta la decisión de ella en quedarse con tu hermano, la sigue amando.

- Lo se...  - suspiré pesadamente viendo a Lynn sentada en el regazo de Armin en un sillón a la izquierda hablando con Nathaniel.

- Oye, Alexy. - escuché aquella voz y pude sentír el escalofrío en mi espalda. - ¿Hoy no dirás nada sobre mi anticuada ropa? - dijo riéndose.

Lo miré fijamente, la verdad es que siempre me gustó su forma de vertir, le daba el aspecto rudo que me gustaba en un chico, solo lo hacía porque me gustaba molestarle, verle fruncir el ceño mientras intentaba defender su estilo militar. Oh, Kentin, si supieses tantas cosas.

- Oh, por supuesto que sí, Kentinito, solo me estaba reservando. Creo que ya va siendo hora de que me dejes acompañarte a cambiarte ese viejo look horripilante. - dije con una sonrisa burlona en el rostro.

Al parecer nadie se dió cuenta de que mis ojos ya no brillaban con la misma intensidad que años atrás. Ya no me resultaba divertido, ya no quería hacerme esto. Era yo el que lo estaba pasando mal con todo esto.

- Oh, oh, Alexy, Alexy, ese es un límite que no rebaso. - carcajeó lo que hizo que todo el grupo riera.

Solamente yo me quedé viendo su risa, su preciosa, masculina y espléndida risa, él era digno de un cuadro, de un monumento, tenía una voz tan melodiosa al reirse, él era tan perfecto, pero estaba tan lejos de mis manos. Estaba agonizántemente cerca de mi físicamente, pero emocional y sentimentalmente había un océano separándonos. Él es heterosexual, debería asimilarlo de una vez por todas, él es un imposible a mi lista.

Tengo que conformarme con mirarte desde lejos, mi amor.

Bueno, debo nombrarme una amante de este ship. Y también que en dos de mis multiples cuentas  cofcofsietecofcof sea team Kentin, ver la carita de Alexy ahí (y en todas, en general) me mata.

Oh, un amor unilateral...

¿Quién no ha tenido uno?

No quiero aburriros contándoos mi vida, así que, quiero decir que este es un proyecto de no más de cinco/seis capítulos. Espero que lo disfrutéis, aunque se de una que va ha querer matarme.

@freaknekochan te quiero, no entres esta noche a lo Jeff the Killer y me mates. Please :)  (?)

Far away of you - Kenxy (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora