1. Estufas benditas.

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Tapo mis oídos con mi almohada, tratando de evitar el horroroso sonido de mi alarma. Estiro mi mano libre y al agarrar la alarma, la estrello contra el ropero. Creo que es la segunda alarma que rompo en esta semana. Doy media vuelta y trato de seguir con mi sueño, pero se me hace imposible. Abro un ojo y noto que nadie ha venido a molestarme, así que me tapo hasta la cabeza y descanso la vista, imaginandome ovejas saltar una cerca en medio de un campo.

Estoy apunto de dormirme hasta que escucho la puerta de mi habitación abrirse. Apuesto setenta dólares a que es Ab... ¡¡MIERDA!!

Me siento sobresaltada sobre mi cama y abro la boca en shock. Abigail acaba de vaciar una cubeta de agua encima mio. Voy a matarla.

Abro los ojos desesperadamente y visualizo a mi querida hermana retorciéndose por la risa. Uno, dos, tres, cuarenta, noventa. Tomo la cubeta vacía y la revoleo contra su cabeza. Ella deja de reírse y comienza a tocarse la zona afectada, con una mueca de dolor. ¡En tu cara, maldita!

-¡Perra! ¡Mamá me ha mandado a hacer esto, no es mi culpa que seas tan holgazana! -Me espeta furiosa en la cara y se va de mi habitación, dando un portazo.

Vale, estoy cubierta de agua. Mi cama está cubierta de agua. Mi colchón está... AGUARDEN. Retiro las sábanas lo más rápido posible antes de que el agua traspase el colchón. Tiro las sábanas mojadas al piso, mi hermana lo lamentará.

Miro la hora en mi móvil y abro los ojos nerviosamente. Tengo veinte minutos para llegar a clases. Mierda, mierda y mÁS MIERDA!

Me meto en la ducha y mi baño dura unos tres minutos. Me pongo una calza negra con un top coral y una chaqueta verde de cuero. En los pies me calzo unas botas negras de cuero y una bufanda blanca de lana. Me maquillo lo suficiente para tapar mis ojeras y cepillo mi cabello. Me doy un último vistazo a mi atuendo y salgo de mi habitación.

Bajo las escaleras lo más rápido posible y veo a mi madre leyendo el diario con sus gafas y una maraña de cabello sobre su cabeza. Ella levanta la vista del diario hacia mi y me da una sonrisa. Se la devuelvo y le tiro un beso.

-Llego tarde..

-Espera a tu hermana Eff. -Me dice y ruedo los ojos. De paso me cuelgo la mochila que está sobre la mesa, casi me la olvidaba. Escucho pasos en las escaleras y veo a mi hermana bajándolas, lentamente como si estuviesen fotografiandola.

-Vamos Abby. -Ella rueda los ojos y apura su paso.

Tiene un vestido color turquesa con una chaqueta sin mangas negra de cuero, con una bufanda blanca y en los pies unas botas negras con algo de taco. Es una chica hermosa, llama la atención de todos en la escuela.

Ella le tira un beso a mi madre y ambas salimos de la casa, a apuradas. En diez minutos suena la campana. Y para mi mala suerte, la escuela queda a quince manzanas de casa.

(...)

Llegamos a la escuela justo a tiempo. Mi hermana hablaba por teléfono con una de sus amigas según lo que me dijo ella, y la apresuraba cada dos segundos. Iba hablando y cada vez que reía, atrasaba el paso.

Subimos las escaleras de la escuela y al entrar, hay varios alumnos charlando y otros observándonos. Se escuchan chiflados, y algunos murmullos.

Diviso con la vista a Jhonatan. El es mi mejor amigo desde que entre al instituto, y por lo tanto tiene buena relación con mi hermana. El se acerca a nosotras y nos da un abrazo corto.

-¡Pero miren quienes están aquí! ¡Las hermanas más bellas del instituto! -Dice dirigiéndonos una sonrisa de oreja a oreja.

Niego con la cabeza y con una sonrisa plasmada. Levanto la vista y veo Tyler, el novio de mi hermana. Se acerca a nosotros y le da un beso en la boca a Abby. Como este dura más de 15 segundos, ruedo los ojos y me voy por otro pasillo junto a Jhonatan.

FragileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora