CAPITULO 4

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-Disculpa la tardanza- Volví hacía el chico y me senté frente a él con su pedido.

-No hay problema. ¿Puedo saber su nombre dulce señorita?- Dije sin una pizca de miedo en sus palabras, se le veía muy seguro.

-Mi nombre es Rube... Rubí- Dije con nerviosismo, casí la lió.

-Es muy lindo, como tú, mi nombre es Miguel, un placer conocerte- Estrechó su mano y la acepte- ¿Sabes? Me pareces muy conocida, ¿nos hemos visto en algún lado antes?- ¿Es enserio? Denuevo esa pregunta. ¿¡Qué acaso se la lo dice a todas las personas que se le cruzan en su camino!?.

-No lo creó, nunca te había visto ¿De dónde vienes Miguel?.

-Vengó de Andalucía y soy nuevo aquí y en la escuela, es algo incómodo tener que hacer nuevos amigos, pero ¿Sabes? Ahora que recuerdo tu tienes un cierto parecido a un compañero de mi salón, no le pregunté su nombre, al parecer es muy tímido, pero sus ojos tienen algo muy lindo que no se explicar, pero casualmente son casi igual a los tuyos, ¿No son hermanos o parientes?- Dijo soltando todo muy rápido con un toque de curiosidad.

-T-Te refieres a... -Me detuve pensando en que mentira inventarle- mi hermano R-Rubén- ¿Porqué tartamudeo? Joder.

-¡A entonces si son hermanos!- Dijo exclamando emocionado.

-Sí y dime ¿tienes novia?- ¿Porqué pregunté eso? Agh, no lose simplemente salió de mi boca sin control, lo único que quería era cambiar de tema.

-No y la verdad no me molestaría tener una novia igual de linda que tú- No me digas, me tenías con el pendiente cariño, pensé sarcásticamente, odio este tipo de personas.

-¿A enserio? Que lindo- Dije desviando la mirada, un poco sonrojado.

Empezamos a hablar de cosas triviales y al parecer no era tan mal chico, incluso me llegó a agradar algo, tenía muchos gustos similares a los míos. Hasta que llegó la hora de despedirnos, tomó mi mano y la besó con delicadeza, lo que hizo que ne sonrojara al igual que él, salió de la cafetería dejándome confundido y con una sonrisa boba. ¿Qué coño me estas haciendo Miguel?.

Se acabó mi turno y deje mi uniforme en el casillero del trabajo.
Me despedía de Ale(mi compañera de trabajo) y me dirigía a mi casa. Ya era de noche y ya estaba convertido en chico, ni de coña me convierto en mujer a estas horas y menos solo y por la noche.

Escuche unas pisadas a mis espaldas y esto me acojono un poco, así que empecé a caminar con más velocidad. Me jalaron fuertemente de mi brazo lo que ocasionó que soltará un chillido de dolor, volteé mi rostro con la esperanza de que me hayan confundido con otra persona o sea alguien conocido.

The Boy 1/2 °RUBELANGEL°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora