~Luhan:
Llevaba ya un buen rato caminando alrededor de la escuela. Tenía por costumbre recorrer el circuito unas cinco veces y luego ir a la zona de estudiantes, pero esta era la séptima vez que lo hacía. No era porque algo anduviera mal, no. Si en eso no entra el hecho de que Lisa estaba intentando meter lápices afilados en la colcha del asiento del profesor. Entonces se podría decir que todo estaba bien. No quería admitir la verdadera razón de estar empezando ya la octava ronda.
Hubiera sido un récord, pero escuche un grito proveniente de la zona de estudiantes. Apreté mi agarre al bolso amarrado desde mi cintura a mi cadera. Salté de la pequeña colina y corrí hasta los dormitorios. Estaba descalzo, una costumbre que forme desde los 12 años, aunque mi padre trato muchas veces de asustarme diciéndome que me quemaría los pies con Manzanillo de la muerte. No me asustaba ya que no se encontraban en esta región del mundo. Además el estar descalzo me ayudaba a tranquilizarme, y más por las noches. Utilizaba zapatos únicamente si hacía mucho frío, solo entonces me los pondría, además de usarlos para ir al instituto.
Llegué muy rápido a la parte de los dormitorios femeninos, donde creí que provenía el grito, supongo que el entrenamiento estaba dando resultados. Investigué alrededor del edificio, pero no encontré a nadie, entonces escuché un segundo grito. No estaba lejos, pero estaba yendo al bosque. Caminé hasta adentrarme lo suficiente y cesé mi paso para no causar mucho escándalo. Pude divisar dos bultos contra un árbol.
Bufé. "Lo que me faltaba, un asalto sexual por la noche." Me dije a mi mismo.
Guardé la cuchilla de plata que había sacado minutos atrás de mi bolso. Tomé la linterna hecha con el mismo material y alumbre a los malditos locos.
"¡Hey! ¿Ustedes qué hacen ahí? No es hora de estar fuera de la cama, y menos en la zona de jovencitas y con una de ellas MyungSoo." Le hablé al susodicho.
Este me miro y sonrió de lado, estaba aprisionando a una muchachita contra el árbol, ella estaba toda apachurrada tratando de evitar que él la toque.
"No la estoy acosando, Han," Se volteó a verla y se acercó a su rostro. "ella me pidió que nos viéramos ¿No es así linda?" Le preguntó, y como esperaba, ella solo se encogió más en su lugar.
"Parece que ella no está de acuerdo Myung. ¿Por qué mejor no la dejas y te largas? Me ahorrarías un problema."
Me crucé de manos sin dejarlos de alumbrar, apoyando mi peso en una pierna. Él solo levantó una ceja y se enderezó en su posición, dejando de acorralar a la chica. Ésta lo vió como una oportunidad y salió corriendo, pasando por mi lado y murmurando un gracias que me costó un poco descifrar. Reí porque le había arruinado el jueguito. MyungSoo se acercó a mí de forma amenazadora, aunque no me movió un solo pelo, ya que estaba acostumbrado a que hiciera eso de darme un discursito siempre que le fastidiaba su casería, que era no menos de la décimo cuarta vez que lo hacía.
"Bravo." Fingió aplaudir sonriente, aunque sabía de sobra que era falsa. "Lo hiciste Han, me sacaste a la chica de las manos, otra vez..." Mencionó lo último apretando la mandíbula.
"Sabes que tus jueguitos funcionarían bien si tus presas no gritaran cada vez que las intentas manosear. Y lo sabes mejor que yo."
Bufó. " Es que las caliento con solo mirarlas, cuando las toco se queman, es entendido que griten." Daba aires de galán casanovas con su sonrisa aduladora.
"¿Te crees Johnny Depp acaso? O quizás ¿Leonardo DiCaprio? Recuerda que para eso, Vernon ya te saco la delantera. Eres una molestia, ¿lo sabes no?" Moví mi cabeza esperando su obvia reacción. Si, como esperaba su semblante cambió y su sonrisa se esfumó. Frunció el entrecejo y me tomó del hombro.
ESTÁS LEYENDO
Red Moon: Forbidden Love(HunHan)
FantasySangre... El mundo es un lugar perfecto. La tierra es tranquila y sin complicaciones que no se puedan resolver. La humanidad a desarrollado nuevos valores y a progresado en tantos asuntos, como atrasado en otros. Sangre... El mundo es libre de hambr...