Veintitrés

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-¿Qué hacen aquí... juntos? –intenté preguntar pero mi boca no emitió ningún sonido.

-¿Podemos entrar? –dijo Fred con timidez.

Lo abracé.

Sólo en ese momento supe cuánto había extrañado a mi mejor amigo.

Entraron.

Preparé café para los tres.

Me senté junto a ellos sin saber que luego de la conversación de ese día, mi vida daría un vuelco.

Otra vez.

RecuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora