Caminaba por las calles solitarias de Yokohama, como era de costumbre. No había nada ni nadie que lo detuviera de su paseo diario, o eso pensó hasta que escucho un maullido, se acercó a la caja dónde provenía el ruido, un pequeño gato blanco con algunas rayas negras encontró adentro. Se acercó al minino, sin pensarlo tomo una de sus patas y comenzó a ronronear.
-Luces familiar.-
-Meow.-
-Jinko.-
El pelaje del animalito le recordaba la forma bestia de aquel muchacho de la Agencia de detectives que tanto detestaba. Al recordar ese rostro tuvo un resentimiento hacia el gato, lo dejo en la caja molesto para nuevamente emprender su camino.
-Meow.-
-Urg.-
Al escuchar al gato se detuvo otra vez, vió en dirección del animal con ojos retadores mientras este tenía una mirada tierna con las pupilas expandidas casi por todos sus orbes. "No me tentarás", uno de sus vectores hechos por Rashoumon fue hasta la caja y sujeto al gato atrayéndolo a él.
Nunca fue una persona de perro, estos les disgustan bastante, tal vez sea apodo alusivo a ellos que le dieron, "Perro rabioso" o porque Dazai tampoco le eran de su agrado (siempre su ex mentor tuvo influencia en él), pero con los felinos no tenía inconveniente.
-Eres muy insistente.- mientras lo cargaba en sus brazos.
-Meow.-
Llegaron a casa, Akutagawa preparo leche tibia para su ahora nueva mascota; pensó en hacerle una cama pero lo medito bien, porque los gatos suelen dormir en cualquier parte que les parezca cómodo, así que desistió ante la idea.
Desde aquel día, el joven evitaba salir demás del apartamiento para poder estar junto al minino, en ocasiones dormía con él, este gustaba subir a su cama en cuando menos lo esperaba, también se volvió costumbre que al leer el gatito se posara en su regazo. Su hermana Gin, pasaba de vez en cuando al piso que se encontraba para visitar a la mascota. Ryunosuke se sentía menos solitario junto al gato, aun así llegó un día en el que se descuidó.
Acababa de regresar de una misión.
-¿Jinko? –al no ver a su pequeño en la sala donde suele estar- ¡Jinko!
Normalmente al decir su nombre aparece, se preocupó mucho; busco en cada rincón de su habitación, la cocina, el baño; nada. Luego pudo percatarse de un pequeño pero gran error: Dejo la puerta principal abierta.
"¿Cómo pude hacer tal estupidez?".
Salió de su hogar gritando una y otra vez el nombre del felino. Se sentía preocupado algunos gatos no vuelven porque les falla el sentido de orientación, un carro pudo haberlo arrollado, una de esas "malditas Bestias" (perros) pudo herirlo o comido, por último rogaba que alguien lo haya encontrado.
-¡¿Jinko dónde estás!?-
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Reencontraba en un parque en la que muchas personas suelen venir, escucho un maullido. Emocionado busco en donde podría estar el animal y lo encontró sobre la rama de uno de los árboles que adornaban el lugar.
-¿Qué haces ahí?-
-Meow.-
-¿Quieres bajar?-
-Meow.-
Sin pizca de dudas trepo el gran árbol para ayudarlo, iba acercándose de a poco pero el felino tenía miedo de caer por lo que alejaba la mano del chico con arañazos.

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Three Cats
Fiksi PenggemarUna nueva mascota, una nueva compañía. *Aporte al #ShinSoukokuWeek Día 5: Felino