»¡Hyung no te dejaré sólo!«
➳porqué no podría estar ningún minuto más sin él.
➳porqué arriesgaría todo por su muñeco de porcelana.
➳porqué YoonGi es su amor y fortaleza.
➳porqué su querido Min YoonGi es su vida entera.
❝ tú eres mi vida ❞ YoonGi...
Habían pasado 12 días -exactos- desde aquel "terrible" suceso. TaeHyung a estado evitando a Jungkook, y, Jungkook a estado con HoSeok, casi la mayoría del tiempo. Eso era algo extraño, porqué esa maldita rata, (según Tae) no tenía muchos amigos, y nunca le dijo nada sobre alguna amistad con HoSeok.
Y justo ahora los estaba observando a lo lejos. HoSeok estaba apoyado en los casilleros, mientras Jungkook reía casi debajo de él, se veía muy feliz a lado del castaño.
─ ¿Desde cuando se conocen? ─ pregunté, apareciendo detrás de ellos. Sobresaltando al mayor.
─ OHH.─ giró HoSeok con la mano en su pecho ─ buenos días mejor amigo ─ saludó sarcástico. Sonriendo de lado ─ ¿como estas?, yo bien ¿y tú?...─ bromeó, haciendo una especie de reverencia para que contestará.
─ Sólo responde maldito caballo.─ lo fulmine con la mirada, golpeándole el hombro.
─ ¿Que sí lo conozco? ─ miró a Jungkook y este se sonrojó. Definitivamente esto es extrañamente raro.─ ¿Tanto te interesa?... -- Jungkook se escondió detrás de HoSeok.
Ese niño de verdad que me va a sacar de mis casillas.
─ Tal vez...─ hice una breve pausa, en donde estaba sacando mis propias teorías ─ eres mí amigo, necesito saber ─ lo miré fijamente ─ y siento que me estas ocultando algo ─ pronuncié indignado y él rió.
─ Mañana te digo jimminie.─ me agarró los cachetes, moviéndolos.
─ ¡Duelee! ─ golpeé su mano, logrando que la sacará -- necesito una respuesta hyung...ahora, mí tiempo es valioso.─ me crucé de brazos.
─ ¿Me pondrán contra él, o qué? ─ imitó mí acción.
─ No, pero...─ alguien me agarró del brazo, alejándome de ahí, sin dejar de terminar mí acusación. Antes de que perdiera de vista a ese idiota de HoSeok, le hice ojitos, para que sepa que después hablaría con él.
El muy hijo de puta me tiene como un FBI, últimamente.
Miré quién era el que interrumpió mí gran "pleito" ─ ¿YoonGi?...─ pregunté, frunciendo el ceño confundido. Él no dijo nada y se limitó a caminar... Minutos después llegó donde usualmente lo suelo llevar; atrás de la preparatoria.
─ Perdóname.─ me acorraló contra la pared, colocando sus manos a los lados de mí cabeza. Lo miré y su rostro estaba más pálido de lo normal.
─ ¿Te sientes bien? ─ pregunté colocando mí mano en su mejilla. Se veía muy tierno y parecía un papel viviente.
─ Sólo quiero que me perdones.─ se tambaleó. Reaccioné rápido y lo agarré de la cintura para evitar que cayera.
─ ¿Que debería perdonarte?...--- lo miré a los ojos y estos estaban algo cristalizados.
─ Haz estado...evitandome.─ cerró los ojos un par de segundos.
Era verdad. Por algún lugar de mí cerebro me sentía dolido, pero él no tenía nada de culpa, y ni yo sé cuál es la razón de a ver estado evitándolo.
─ Nonono.─ respondí rápidamente, acercándome a su rostro, colocando mí otra mano en su cintura, para poder cogerlo mejor.─ yo soy el maldito estúpido. Perdóname ¿sí? ─ sostuve más mí agarré, acariciando su mejilla, él sonrió, algo débil.
─ Gracias.─ susurró, para después caer en mis brazos.
─ ¿YoonGi? ─ lo miré algunos segundos, para después percatarme que se había desmayado. Le agarré en forma de "princesa", para correr hacía la enfermería. Muchos miraban como sí alguien hubiera muerto...¡pero que mierda les importa malditos entrometidos!...
Cuando llegué, recosté cuidadosamente a YoonGi en la camilla.
─ ¿Que le pasó? ─ preguntó la enfermera, revisandole el pulso.
─ Se desmayó.─ hice una mueca. No me gustaba verlo de esa manera; tan débil.
Sentí que YoonGi me acarició lentamente la mano. Lo miré y aún seguía con sus ojitos cerrados.
─ ¿Podrías dejarnos sólos?. Hay que revisarlo.─ esta vez YoonGi apretó más fuerte mí mano, dándome a entender que no me vaya.
─ No.─ negué con la cabeza ─ me quedaré aquí, con él.─ la enfermera bufó, notablemente fastidiada. Fijé mí vista en el mayor, quién ahora me miraba con una expresión de preocupación.
─ Esta bien, iré por la aguja.─ al escuchar eso YoonGi tembló en la camilla, con miedo.
─ ¿Le temes a las agujas? ─ pregunté, sentándome en el espacio que quedaba en la camilla. Colocando mí mano en su mejilla.
─ Mucho.─ me miró, haciendo un tierno puchero.
─ No temas, te hará bien.─ lo miré de frente, acariciándole su pelo, mirándolo como sí hubieran pasado años en que no había tenido contacto con él.
No quité mí vista de él, para segundos después besarlo tranquilamente, y finalmente pasar mí lengua por sus labios, humedeciendo estos.
─ Eres tan lindo.─ susurré cerca de su rostro. El se sonrojó, sonriendo.
─ Tú er...─ no lo dejé terminar, para besarlo nuevamente, en un besó lleno de amor y cariño. El cuál sólo se escuchaban los roces de nuestras bocas, estábamos en nuestra burbuja de amor.
─ ¡Ay! ─ los dos no sobresaltamos, haciendo que YoonGi muerda mí labio fuertemente ─ se me cayó la aguja, lo siento.─ exclamó la enfermera fingiendo toda una escena.
─ Oh, descuide.─ me alejé de YoonGi, acariciando mí labio, el cual sangraba como río. Bueno ni tanto, sólo sangraba.
─ Esta bien Min YoonGi, quitese su camisa.─ este se sonrojó, vacilando un poco, pero minutos después se saco tímidamente su camisa.
─ Mh...─ la señora estaba concentrada escuchando sus latidos.
─ Todo ahora esta en perfectas condiciones, ¿has tenido muchos desmayos últimamente?
─ A veces.─ comentó, tratando de taparse el torso con la manos.
─ Oh, entonces te medicaré con la aguja.─ YoonGi me miró asustado. Yo le agarré la mano para tranquilizarlo.
─ No te hará mayor daño bebé, descuida.─ le susurré en su oído, ruborizando al mayor.
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