LUNA
Nadie te asegura que la vida es fácil, y menos aún que no cueste nada, ya que hasta una lágrima de felicidad cuesta golpes duros de la vida que te enseñan a ser más fuerte y a valorar lo que tienes. Yo aún no comprendía nada de eso, pues mi vida era perfecta, tan perfecta como se puede comprender el mundo a los 8 años de edad.
Vivía con mis padres, Enna y Patrick, en una casa verde oscuro de 2 plantas, que a decir verdad, no era grande. A esa edad podría decir que tenía los mejores padres del mundo, y la verdad es que no mentía. Mi madre era sólo una ciudadana, cariñosa, bondadosa y hermosa como ninguna, pero mi padre era un guerrero del planeta Orión. Los guerreros no poseen poderes o dones como los guardianes de la paz, pero si tienen la capacidad y la fuerza necesaria para enfrentarse a todo aquel ser que quiera dañar a los ciudadanos y a su entorno intentando gobernar el planeta. Los guerreros se defendían con armas medievales que en el planeta Tierra se considerarían como armas de siglos pasados: espadas, flechas y demás, a pesar de que contábamos con una tecnología más avanzada que el planeta Tierra. Aunque en algunas ocasiones si usaban armas, preferían las de “siglos pasados”, ya que, como me lo explico una vez mi padre éstas son más útiles, porque no requiere de recargas laser, recargas alfa o recargas mega que, en ocasiones, se suelen olvidar o perder en la batalla.
Mi educación fue como la de todos los niños: clases en salones ocultos bajo tierra. Las clases eran impartidas por ciudadanos y, en algunos casos, guardianes de la paz, aunque esa no fuera la obligación de un guardián. Ahí fue donde conocí a Sasha, en ese entonces yo tenía 8 años y ella 9. Nos llevamos bien desde el principio y con el paso de los meses llegamos a ser buenas amigas.
- Sabes Luna, me gustaría ser un guardían de la paz - me comentó Sasha un día al terminar las clases.
- Sasha eso es peligroso, mi mamá siempre me lo ha dicho.
- Lo se, pero me gustaría ser como Dan y poder controlar el agua, o como Karely y poder volar. Siempre ha sido ese mi sueño - puso cara de ensoñación y esbozó una sonrisa tonta. A mi corta edad sabía que ser guardián es peligroso, arriesgas la vida protegiendo a los demás, intentando detenerlos, solo detenerlos, ya que por naturaleza los guardianes no pueden asesinar a nadie aunque lo intentasen.
Lo que menos me gustaba de los guardianes, es que tu vida sólo consiste en sobrevivir, atacar, contrarrestar, salir herido y seguir luchando por sobrevivir, eso sin tomar en cuenta que tal vez al día siguiente haya otro ataque y, herido o no, luches de nuevo por una paz casi inexistente, ya que para eso la naturaleza te convirtió en guardián.
Sentí un toque cálido en el hombro y oí de lejos una voz familiar, lo que me hizo sobresaltar y salir de mis pensamientos bruscamente.
- Lo siento cielo, ¿te he asustado? - era mi mamá, que como todas las tardes, me iba a buscar al terminar las clases.
- ¡Hola mami! - dije con una sonrisa en los labios, lo que hace que ella igual sonría y me deposite un beso en la frente.
- Lo siento cielo, no quería asustarte. Qué tal tu día ¿he? - me preguntó tomándome de la mano, y despidiéndose de Sasha, que no me había dado cuenta que su madre ya había venido a por ella.
- Bien, hoy hemos visto un poco de la historia de Orión
- ¿Qué parte de la historia cielo?
- Nuestro origen como híbridos
- Ah - dijo, poniendo cara de pocos amigos. Sabía que no le gustaba esa parte de la historia, ya que ella me lo dijo una vez. Según la historia, nuestro origen como híbridos se lo debemos a los grises, porque somos el resultado de la mezcla de humanos con grises. El resultado, es un niño parecido físicamente a un humano. Se dice que los grises nos crearon inicialmente para habitar un nuevo planeta, pero que posteriormente nos dejaron en Orión tras ver que su raza se extinguía, y con ello, dejar un reemplazo. De hecho, hoy en día quedan muy pocos grises, y éstos viven apartados de nosotros en las colinas negras, más allá del horizonte.
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Orión
FantasyLa vida de Luna siempre había sido perfecta, hasta que ocurrió un terrible accidente. Desde entonces el pasado del planeta Orión la persigue y se convertirá en el guardián de la paz que nunca quiso ser. Mientras tanto, un enemigo inesperado la acech...