Dementia

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Caminaba a paso rápido por esa calle tan conocida. En una mano su querido e importante maletín, y la otra en su bolsillo derecho apretando fuertemente su celular. No podía evitarlo, había acudido nuevamente a su llamado aún cuando se había prometido que no lo haría más.

No es que estuviera mal ni que fuera prohibido ir a verle, sino que su relación se había vuelto tan enfermiza con el tiempo que por un tema de salud mental había decidido terminarla. Pero claramente su determinación era mínima y su voluntad de papel, de otro modo no se encontraría caminando hacia ese lugar. Sabía de sobra que no debía ir, pero algo más fuerte que su resolución lo había llamado, algo más potente cualquier decisión, más avasallador que ninguna promesa: las ganas de sexo -de buen sexo, si podía decirlo-, de lujuria y lascivia cuyo llamado es más intenso que cualquier otra cosa.

Detuvo su andar enfrente de un gran edificio con ventanales amplios que dejaban ver un gran mobiliario en la recepción donde un chico de tez blanca, cabello negro y bastante delgado obstruía el paso consultando a los extraños el número de habitación a la cual se dirigían y avisándole a los dueños de la visita que recibían.

HyukJae entró en el lobby, el recepcionista apenas advirtió su presencia, aburrido y hastiado mientras observaba sin mayor detenimiento la hoja de un diario.

-¿A qué piso va, señor? -Preguntó sin siquiera mirarlo y en un tono indiferente y plano. A HyukJae le sorprendió -y casi ofendió- que se refiriera a él como 'señor' cuando entre el recepcionista y él habrían con suerte cuatro o cinco años de diferencia. Aquello lo atribuía al traje que usaba pero prefirió no pensar en ello.

-Al octavo piso, departamento nueve. Lee DongHae -Agregó adelantándose a la siguiente pregunta del burdo (pero guapo) recepcionista-. Mi nombre es Lee HyukJae -Agregó nuevamente, adelantándose una vez más a la pregunta que probablemente le haría el chico.

-Perfecto -E hizo una breve llamada al departamento de su anfitrión anunciándole quién lo visitaba.

HyukJae se quedó de pie en el lobby esperando a que el chico le diera el visto bueno para pasar pero pasaron los minutos y no dijo nada. Se quedó observándolo fijamente y con cierta molestia pero nada.

De pronto el chico en cuestión levanto su vista lo suficiente como para devolverle una mirada penetrante.

-Sé que soy atractivo, pero si me vas a invitar a algún lado debes hacer algo más que mirarme, guapo -Y le guiño un ojo. Aquel acto desconcertó por completo al visitante.

-L-lo siento, estaba esperando, ya sabes, que me dijeras si puedo subir...

-Oh, claro. Adelante, te están esperando... -Y le volvió a guiñar el ojo- Cho KyuHyun -Agregó antes que el abogado pasara al pasillo, y deslizó un pequeño papel con un número dentro de su bolsillo superior, haciendo un gesto de que lo llamase.

Un poco ruborizado y desconcertado subió al ascensor y marco el número del piso donde se dirigía. Poco a poco comenzó a sentirse orgulloso por su reciente conquista, por lo que se miró en el infaltable espejo del ascensor arreglando su apariencia.

No podía evitar sentirse un poco nervioso por su próximo encuentro luego de tanto tiempo. Pero el reciente coqueteo agregó bastante confianza a su persona como para que los nervios pasaran desapercibidos.

Cuando el ascensor se detuvo en el octavo piso, el chico dobló a la derecha y se dirigió hasta el final del pasillo, deteniéndose en la penúltima puerta. Inhaló profundamente dos veces antes de tocar el timbre. La verdad es que no tenía ninguna necesidad de hacerlo, sabía de sobra dónde estaba la llave oculta del otro, pero por algún motivo que desconocía no se sentía capaz de llegar y entrar en el departamento.

Dementia {EunHae +18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora