capítulo 55 ➵ no se lo digas

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Por un largo periodo de su vida actuó bajo las influencias de otras personas, había sido arrestada y había golpeado a un par de personas a cambio de obtener respeto. Rowan sabía muchas cosas de ella, pero había otras de las que no hablaba y para rematar apenas recordaba.

Siempre fue impulsiva, desde pequeña, por lo que no era una sorpresa que ahora estuviera de nuevo metida en problemas. Bueno, no en problemas porque no hizo nada revolucionario o malo.

Sin embargo, cuando Rowan regresara del rodaje de la serie en la que estaba actuando, no iba a estar muy contenta con la situación. O al menos eso asumía.

Ayer, durante un paseo por la playa, se encontró con un pequeño cachorro deambulando por la playa, lucía desnutrido y no poseía ningún collar. Al notar que nadie iba a reclamarlo, ella, sin siquiera dudarlo, se lo llevó directo a un hospital de animales y lo dejó en manos de una veterinaria.

El diagnóstico fue instantáneo. El cachorro llevaba semanas deambulando, hambriento y con un traumatismo de tórax que alguien irracional e insensible había generado en él debido a una patada. El pequeño animal conquistó su corazón con solo un chillido. La veterinaria le dio la opción de dejarlo allí para darlo a alguna fundación que pudiera encontrarle un hogar; sin embargo, no tuvo corazón para hacerlo.

Sabrina era fiel creyente de que el animal que aparece de esa manera en tu vida es porque te ha escogido, por lo que rechazó la oferta y, sin siquiera consultarlo con su esposa, adoptó al cachorro.

Así es como acabo metida en un mar de ansiedad porque, a pesar de que hablaba todos los días con Rowan por videollamada, no se atrevía a contarle sobre el nuevo integrante de la familia. La verdad es que tampoco quería contárselo mediante una llamada a distancia.

Pero hoy regresaba y no tenía idea cómo iba a hacer para explicarle todo sin tartamudear, por lo que pasó gran parte de la mañana cocinando la comida favorita de su esposa. Alguien que recibe algo que le gusta antes de una noticia es una buena movida, ¿no? Ella esperaba que sí.

Escuchó el bostezo delicado del cachorro, así que cuando bajó la mirada hasta él, sonrió y le dio la orden de que se sentara para luego darle una galleta que había cocinado para él a fin de que se portase bien.

      —Hoy necesito que te portes bien —le habló al perro—. Hoy llega tu mamá que no sabe que es tu mamá, pero que pronto sabrá que lo es.

El cachorro ladeó la cabeza, escuchándola.

      — ¿Qué tal si vamos a dar un paseo antes de que llegue? Te vendría bien —le ofreció al cachorro, el cual se recostó sobre el suelo y gruñó—. Vale, quédate aquí entonces, pero yo iré afuera a tomar un poco de aire —le dijo, ganándose la atención del cachorro quien se levantó cuando la vio ir hacia la puerta—. ¿Qué? ¿Quieres acompañarme ahora? —se burló, el perrito entrecerró los ojos, sentándose y mirándola—. ¿Quieres que te cargue?

Él movió la colita.

      —Eres tan perezoso como Row —comentó hacia él—. Bien, solo esta vez. A partir de mañana solo caminarás, ¿entendiste? No puedes ser un mimado —le recordó, acercándose al cachorro para tomarlo entre sus brazos, éste apoyó su cabeza en su hombro y se acurrucó allí.

A pasos lentos, caminó hasta la puerta trasera de la casa, la cual daba al patio trasero lleno de pasto que requería un rebaje, pero que ni Rowan ni Sabrina estaban dispuestas a darle todavía. El cachorro se durmió entre los brazos de la chica de ojos azules, dejando que esta caminase por encima del césped con sus pies descalzos. El día yacía nublado y la temperatura era agradable.

      —Sé que me escogiste a mí por una razón —le habló al cachorro dormido—. Sé que nuestro encuentro no fue una casualidad y es lo mejor que pudo haberme pasado. Estos días contigo me ha hecho darme cuenta de la compañía bonita que eres y agradezco tanto a la vida de que te hayas aparecido —continuó hablándole—. Ojalá pudiera adoptar a todos los animalitos, salvarles de la gente maligna y darles un hogar que sí les quiera. Pero es difícil para mí porque mi agenda es muy compleja, así que te prometo que a partir de ahora donaré también a fundaciones que rescatan animalitos.

Peaches ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora