Narra Andrea.
Empezaron las clases de la Universidad y teníamos muchos examenes, mejor dicho, YO TENÍA examenes, demasiados y ese fin de semana me lo pasé estudiando y mis compañeras ese día salieron de fiesta . A las 3:00 de la mañana sonó el timbre y detrás había una cara muy conocida, y las de mi amigas más borrachas que una cuba. ¡Era Willyrex!
-Gracias. Le dije con mucha vergüenza y con la cara demasiado roja.
-No hay que darlas. Dijo un poco tímido. Yo soy Willyrex.
-Ya lo sé. Dije sonriéndo.
-Tú ya sabes mi nombre pero yo no sé el tuyo. Dijo curioso.
-Yo... so... soy Andrea. Dije muy nerviosa.
-Encantado de conocerte Andrea. Dijo sonriéndo.
Oí a mis dos amigas gritando por el pasillo, y mientras tanto, los vecinos pidiendo que se callaran.
-Bueno... ¿Me ayudas a meterlas en el piso? Dije muy avergonzada.
-Claro. Dijo muy tanquilo, no sabía que se lo tomaría tan bien.
Después de un buen rato intentando que se fueran a dormir intercambiamos números de teléfono y nos despedimos.
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Al día siguiente era Lunes, eran las 7:00, espera, ¡TENEMOS CLASE! Pensé.
-¡A levantarse! Grité a lo que ellas me devolvieron un gruñido molesto.
-¡¿Quién se atreve a despertar a la bestia?! Dijo Ana saliendo de su habitación.
-Que puto dolor de cabeza. Dijo Stephany saliendo de la suya.
-Encima de la mesa tenéis el desayuno. Dije sonriendo de oreja a oreja.