Capítulo 3

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Con suavidad, Poseidón colocó su mano sobre la mejilla del de ojos verdes, saboreando la cavidad del muchacho con su lengua, explorando cada rincón. Aquello les estaba excitando a los dos.

-Ven conmigo -susurró el Dios del Mar en el oído de Kay. El moreno se levantó de su asiento y tomó la mano del mayor para ir tras él.

-¿A dónde? -preguntó riéndose bobamente. El otro sonrió pícaramente, y cuando se alejaron de la multitud lo arrinconó contra la pared, inclinando su cabeza hacia la oreja del chico.

-Llévame a tu habitación, Kay -susurró Poseidón de forma sensual, queriendo que solo él le escuchara.

Kay sintió como su piel se erizaba por completo, el sexy pez tenía un acento griego de lo más sensual cuando decía su nombre. Separándose de la pared, tiró del de ojos azules y lo guió hasta su habitación. Una vez allí le dejó parar primero y seguido entró él, cerrando la puerta.

-Ven -murmuró Poseidón, mirándole fijamente con sus hermosos ojos azules como el mar.

Hipnotizado por sus palabras, Kay se acercó a él, dejando su cuerpo rozando contra el del otro, observando sus ojos. El Dios alzó la mano y acarició con dulzura la mejilla del más pequeño, inclinándose de nuevo para besar sus labios. Por su parte, el semidiós rodeó su cuello con los brazos, correspondiendo el beso, mordisqueando sus labio. Poseidón rodeó su cintura y lo pegó contra él. Estaba duro.

Estaba duro y era enorme.

Cuando Kay sintió la erección del otro contra su cadera, no pudo evitar soltar un pequeño jadeo.

Poseidón caminó hacia atrás, sentándose en la cama del chico, y en el proceso, éste se sentó sobre el Dios, colocando sus piernas a ambos lados de sus muslos, sentándose contra sus piernas. El semidiós colocó su mano sobre el pecho del otro y lo empujó, haciendo que se tumbara en la cama.

Sin rechistar, Posi se dejó caer en el colchón y se quedó mirando fijamente los ojos de Kay, eran preciosos. El chico besó su nariz con cariño, sin apartar la vista de los azules ojos del Dios.

-Poseidón... -susurró su nombre con voz ronca por la excitación.

-Kay... -susurró también el otro mientras colaba sus manos por dentro de la camisa del muchacho, deshaciéndose de ella.

El pequeño semidiós no iba a quedarse atrás, y rápidamente hizo lo mismo que el mayor, dejándolos a ambos en las mismas condiciones, paseando sus manos por los costados del otro.

Poseidón se incorporó lo suficiente como para comenzar a mordisquear juguetonamente el cuello de Kay mientras bajaba sus manos hacia la cremallera de sus pantalones, desabrochándolos.

-Poseidón -susurró de nuevo el chico entre jadeos, moviendo sus caderas para provocar una fricción entre ambas erecciones.

Las manos del Dios jugaron con el elástico de la ropa interior del chico por unos instantes y después coló sus manos para acariciar sus glúteos, tenía un precioso trasero. Ascendió sus besos y mordisqueó su barbilla.

El chico ronroneó por las sensaciones que le proporcionaban las caricias, utilizando su magia para hacer desaparecer los pantalones de ambos.

<<Son molestos>> pensó Kay.

-Nunca entendí lo bueno de la ropa, molesta -rió Posi apretándolo contra él. Pareciera como si hubiera leído los pensamientos del más pequeño.

-Es... poco útil -sonrió el semidiós, inclinándose para besar el cuello del otro, haciendo que el contacto de sus erecciones fuese mayor.

El mayor gruñó por las sensaciones, sentía que iba a volverse loco. Ahora que sus pantalones ya no estaban, aprovechó para bajar lentamente el bóxer del chico y acariciar su trasero.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2017 ⏰

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