María

Primer año.

En el primer día de clases, había  entrado un poquito antes al salón que los demás. Estaba sentada con mi mejor amiga, Agostina.

Adelante nuestro, se sentaron dos chicas, Belén y Zulema. No las conocía.

Todos los días las saludaba con una cautivadora sonrisa, creyendo que podrían ser unas buenas amigas, aunque una no parecía tan amigable. Me daba igual, era nueva en el instituto y quizás era por eso.

Belén y Zulema, se hicieron mis amigas, amigas de todas, pero a Agostina, Juliana y a Marta, Belén, no les caía muy bien. Tampoco a Ada, mi otra amiga, compañera hace tiempo.

Agostina faltaba mucho a clases, entonces me sentaba con Ada, nos hicimos mejores amigas. Aunque debo admitir que no la concideraba como tal, pero lo éramos.

A veces Belén y Ada se peleaban y se decían cosas, sólo porque yo no decidía con quien sentarme todos los días y la que me pedía antes, pues era la que estaría conmigo en clases.

Con el tiempo, Belén también se hizo mi mejor amiga, ella al igual que Ada, tenía un carácter fuerte. A veces con Belén jugabámos bruto.

Ada no se llevaba muy bien con Belén, decía que ella comenzaba todas las discusiones y que ya las miradas que le hacía le molestaban, pero Belén decía lo mismo, ninguna se había propuesto platicar sobre ello.

A mí me dolía bastante, quería que todas nos llevaramos bien, pero no se podía.

Luego de semanas de clases, me he dado cuentade que un chico, no paraba de mirarme, se llamaba Lucas.

Lucas y Gastón, siempre se metían en problemas. Los profesores vivían llamandoles la atención.

Por eso mismo, ellos, tuvieron que cambiarse adelante mío y de Ada.

Cuando Agostina iba, que a principios era seguido, ellos nos hablában. Lucas sentado adelante mío y Gastón setado adelante de Agostina. A ella le gustaba su vecino, entonces, hablábamos de ello.