MENTAS

~Mentas estrategas~

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Disclaimer: fairy tail no es de mi propiedad, lo es de Hiro Mashima.

Advertencia: Cursi con personajes que cayeron en el Ooc.

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~Mentas estrategas~

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|Nalu|

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[Dedicado a RutEchegarayNavarro y a chokisynutella, amantes del Nalu]

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Ver esa imagen le había dado ciertas ideas que no dejaban de rondarle la cabeza.

Se hacían más insistentes a medida que pasaban los segundos y el empuje en forma de pulla de la albina, dueña de un mini-market en el centro de la ciudad, fueron el inicio de aquello que pensaba, ya decidido, iba a hacer.

Listo.

Ya estaba.

Su plan infalible de conquista estaba desplegado.

Sorprendente viniendo de un tipo que se caracterizaba por ser más bien impulsivo. Pero lo que casi nadie sabía es que el también sabia planear grandes planes, como lo hiciera al hacerse el tonto que se le había olvidado la llave del depósito del puesto de bomberos, donde había dejado encerrados a su hermano y a Mavis. Gracias a eso es que ellos ahora estaban a punto de casarse y según a las fotos de Mirajane, podrían ya estar pensando en procrear descendencia.

Cuestión exagerada, cabe decir.

Él era listo.

Vaya que lo era, pero no dejaba que se enteraran.

Y lo demostraba al haberse fijado en la chica más linda de magnolia. La incansable periodista Lucy Heardfilia, además de sexi. No por nada era también modelo.

Demostraba también sus buenos gustos en mujeres; en hembras como gustaba decir su tío Igneel, a quien le conto sus pesares un día de esos cuando se fueron a tomar una copa, por supuesto que soltó la sopa después de varias copas. Quien por cierto le había felicitado por su sabia elección.

Forma curiosa de conocerse.

Como parte de recolectar dinero para ampliar los equipos para su institución, había aceptado ser parte de una sesión de fotos para la revista scorciere. Misión que le per tocaba realizar por el bien de la institución y como parte de su trabajo como jefe de bomberos.

Una infartante sesión de fotos.

El número de esa revista fue la que más rápido se vendió y fue la más popular entre las féminas de la ciudad, como era de esperarse. No era común que el jefe de bomberos más joven pose para las cámaras y en su uniforme.

La fantasía de cualquier mujer.

También fue la sensación para algunos varones que gustaban de músculos fuertes y marcados.

Resultó que la que le hizo la entrevista fue la señorita Lucy y que a petición de, Jasón, el jefe de la revista y jefe también de la rubia periodista, posó junto al Dragneel.

Eso en las dos últimas fotos.

Todos comentaron que se veían de maravilla juntos.

Incluso las fans más devotas y las locas obsesivas tuvieron que aceptar que ellos juntos darían los genes perfectos para la futura generación.

En fin.

Todo salió perfecto.

Todos fueron felices, a su manera. Natsu obtuvo el dinero para la compra de nuevos equipos, además de nuevas y más admiradoras. Pero lo verdaderamente importante fue haber conocido a la mujer con la que pensaba compartir el resto de su vida.

Y eso nos lleva a la situación actual.

Podemos observar al menor de los Dragneel caminar de forma casual por la calle, vestido de civil, tan feliz y sonriente como siempre y luego lo vemos entrar a la tienda de la albina Mirajane.

Sale satisfecho con las manos en los bolsillos, dejando a la dueña de la tienda con una sonrisa angelical, y burlona. Además de tecleando desesperada en su celular. Vayamos a saber qué cosas está escribiendo.

Natsu se dirige al edifico de la revista Scorciere. Entra, sube en el ascensor, se dirige a una oficina en especial. No ve a nadie. Justo como lo había planeado. Entra sigiloso, saca un paquetito de su bolsillo, lo deja en el escritorio y luego se va.

Sale tranquilo del lugar acompañado de una sonrisa más amplia y traviesa que la habitual.

El que lo ve entrecierra los ojos, sospechoso.

Sabe que más tarde va a recibir una visita, así que se va a arreglar su casa. Pero falta mucho y se dirige a su centro de labores en espera de llamadas.

Suenan los teléfonos de emergencia y los atiende con diligencia.

Ya al atardecer, decide irse a casa y ponerse a asearla.

Cuando está cambiándose el uniforme una figura femenina lo sorprende. Eso no entraba en los planes, la Heardfilia es impredecible.

Se van juntos a casa, a su casa, de él.

Entran y el desorden es lo único que los recibe, el desorden y el gato durmiente de Natsu, Happy.

Lucy da las regañinas de siempre.

En medio de su labor, saca un paquete metálico verde, saca una bolita blanca y se lo mete a la boca.

Natsu lo ve todo.

"Bingo".

Se acerca casual, se ofrece a ayudarla.

― ¿Y qué es ese aroma? ―pregunta olisqueando el ambiente. Habito que tiene desde pequeño porque se cree dragón.

―Son mentas, alguien me las dejo en mi oficina ―contesta la rubia acomodando los almohadones del sofá.

― ¿Me invitas? ―pide amable el peli-rosado.

―Claro, déjame que saco algunas

―Es lo único que necesito ―dice misterioso y antes de que Lucy entienda a que se refiere, estampa sus labios contra los femeninos.

Aquel beso sabe a mentas.

Y no podía ser de otro modo.

Sabe también a inicio. Un inicio compartido entre dos.

Todo había salido según lo planeado, también la parte de dejar su departamento desarreglado.

Pero la verdad es que esa parte fue porque le había dado flojera.

¡Benditas sean las mentas, para las parejas enamoradas!