Finalmente llegó el momento de enfrentar ese reto que por tanto tiempo evadió. La carta era muy clara y concisa: "Querida Emi, por favor envíanos todas las cosas de Diana que no necesites o planees conservar. Te quieren Clara y Donald". Ahora se encuentra frente a la puerta de la habitación de su mejor amiga con varias cajas de cartón, dándose ánimos entra. Todo está exactamente como lo dejó dos meses atrás (como si algo hubiera podido cambiar dentro de la habitación cerrada con llave). Se abruma rápidamente, luego de respirar profundo se dirige al armario. Saca y empaqueta cuidadosamente toda la ropa, incluyendo esa camisa roja que le prestó cuando fueron a la fiesta de Mark y la falda de estampado floral que le regaló en navidad, cuando recién se habían mudado. Hace lo mismo con los zapatos y procede a revisar los cajones, extrañamente los encuentra vacíos.
Recoge la ropa de cama, es rosada y de Hello Kitty, Diana siempre decía que crecer no significaba dejar de ser niño. Se dirige a la peinadora y va guardando sus numerosos accesorios, pero se queda helada al dar con una cadena con la mitad de un corazón de plástico, es su parte del collar de la amistad que compraron cuando tenían tan solo quince años, se le aguan los ojos, así que se lo guarda en el bolsillo inmediatamente, junto a un relicario que le regaló su último novio y un extravagante collar que parecía un atrapasueños por su forma circular y las plumas que colgaban de él, era su favorito.
Se dirige a las repisas y paredes, encontrando recuerdos de numerosos viajes, incluyendo la Torre Eiffel de cuando fueron a París con su promoción, también hay un par de fotos y posters de esa odiosa banda de rock. Se detiene a escuchar el sonido de la caja de música, una vez termina la desarma, hallando un anillo en el compartimiento secreto, sabía que estaría ahí, aunque no comprende que tiene de particular, era uno de los pocos secretos que existían entre ellas, sabe que debería enviársela a sus padres, ya que le pertenecía a su abuela y la ha tenido desde que era pequeña, pero recordando cómo jugaban con ella cuando eran niñas, y cómo de alguna forma inexplicable la cajita había sobrevivido a todos los maltratos, no puede evitar desear conservarla.
Por último encuentra una caja debajo de la cama, contiene un montón de cartas y fotografías, las observa una a una, reconoce en ellas la casa de sus padres, así como la de los padres de ella, fotos de sus tíos, primos, amigos, incluso de sus hermanos, aunque Diana era hija única decía que siempre los consideraría como parte de su familia. Decide soltar las fotos antes de ponerse a llorar, pero antes consigue al fondo de la caja un diario. Cierra todas las cajas y se dispone a llevarlas al correo, antes de salir toma las llaves de su amiga, no sabe cuál es cuál pero podría necesitarlas.
Una vez regresa se da cuenta de que lo único que le ha quedado de aquella chica castaña con la que creció han sido tres collares, un adorno, una caja de música y un diario.
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Retroceder
Romance- ¿Qué harías si pudieras retroceder el tiempo? -pregunta la ojiverde. - Me hubiera subido al autobús con ella ¿Tú? - Le hubiera dicho que la quería antes de que saliera. -Hace una pausa-. ¿No es extraño que ninguno de los dos piense en salvarla?