Capitulo 3

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-No tuviste nunca una inteligencia muy grande, debiste quedarte en casa- Las palabras duras y carentes de emoción, me despertaron de mi trauma.

-¿Qué hiciste?- las palabras me dejaron con un suspiro. Tenía miedo, Jess con unas ojeras gigantes, y la ropa sucia, me miraba desde lejos. La oscuridad no ocultaba su semblante lunático, ni dejaba ocultar que a pesar de todo, también había asesinado a Lena.

-No lo entiendes, necesito el poder, esta es la única forma- Casi se oía arrepentida, pero al acercarse a mí, me di cuenta que aun no había terminado.- pero llegaste justo a tiempo.

"Del polvo vienes, y al polvo iras" Jess repetía esas palabras una y otra vez.

Me di cuenta que llevaba en su mano una navaja, y en la otra un collar.

-¿qué haces?- pregunté aterrada.

-Es el final del ritual- de pronto, la tierra comenzó a sacudirse, las ventanas se rompieron, dejando entrar ramas que parecían tener vida. Me tomaron de piernas y brazos, y me levantaron por los aires.

-¿Qué es esta clase de magia?- me sacudía en un vano intento por liberarme. Pero las ramas parecían cada vez aferrarse más a mí.

"De la tierra venimos, y a la tierra vamos

La madre reclama lo que es suyo,

Busca a sus hijos, yo los entrego

Bajo la luz de la madre"

La piel comenzó a arderme, las ataduras me apretaron más que nunca, casi lloraba del dolor. Las palabras vinieron a mi en un momento de desesperación. Un conjuro que jamás creí utilizar.

-"Madre llévate a mis enemigos,

Tómalos como ofrenda, hazlos pagar.

Entrégame tu fuerza, entrégamela y

Te vengaré, madre.

Madre llévate a mis enemigos,

Tómalos como ofrenda, hazlos pagar.

Entrégame tu fuerza, entrégamela y

Te vengaré, madre."

Una sensación de ardor me llenó por completo, la habitación se ilumino como si estuviera de día.

-¿Qué está pasando? ¿Qué hiciste?- Jess desesperaba mientras yo encontraba la gloria de la madre.

Las ramas que me apresaban, me dejaron ir en un movimiento delicado.

De pronto escuché una voz, suave, sutil, reconfortante: "Te elijo como protectora, hija mía. Concédeme el último sacrificio. Entrégate a mí"

El cuchillo que Jess tenía en su mano voló por los aires hasta mí. Lo tomé con fuerza y corrí a su encuentro. Pero cuando estuve a su lado, a punto de cometer un asesinato, me detuve y deje caer el cuchillo al piso.

-"Ahora eres mía Jess,

No harás daño ni a alguien más,

Ni a ti misma. Estarás bajo mi mano,

Caminaras a mi lado,

Harás el bien, y pagaras el precio

Por tus aberraciones"

Pasaron varios meses, Jess estaba en la cárcel, pero aunque no la había visto, sabía lo que hacía a cada minuto, es como una extensión de mí. Puedo ver su sufrimiento, puedo sentirlo.

Después de convertirme en la protectora, las cosas cambiaron, me fui de mi casa. Mi poder se hacía evidente al pasar los días, podía, para mi sorpresa, comunicarme con la diosa. Sabía lo que quería que hiciera, o lo que no.

Ahora me encuentro en un pueblo alejado, donde la brujería es el punto de atención, la diosa me encomendó una tarea. Estaba en busca de un nuevo aquelarre.

El Nuevo Aquelarre. 

fin.

LA PROTECTORA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora