Después de caminar un par de minutos llego a mi antigua casa y veo que está en un estado deplorable, con pintura gastada dando la apariencia de una casa deshabitada por años, que no es del todo mentira ya que nadie ha vivido aquí desde que nos marchamos a Londres, pero ¡Por favor! aunque no viva nadie aquí, no haría daño pintar la casa.
Subo por los viejos escalones de la entrada y toco la puerta.
-¡No queremos galletas!- grita desde el interior el gran Bob.
-No traigo galletas conmigo Bob- Grito para que me escuche, poco después la puerta se abre y salen un par de brazos asfixiantes que me envuelven aplastando las cosas que llevo conmigo.
-¡Hermanita bebe! ¡No sabes cuánto te extrañé!, ¡mira que linda estas!, ¡Creciste!, ¿Acabas de correr?, ¿Qué tal te va la universidad? ¿Cómo es tu...- le cubro la boca sacando mi brazo de su agarre antes de que siguiera atacándome con más preguntas.
-¿Olga te importaría aflojar tu abrazo?, Me estas dejando sin aire- lo digo apenas en un hilillo de voz, de inmediato me suelta, aunque yo aun no descubro su boca me transmite un "lo siento" con la mirada.
-¿Qué haces aquí?- digo finalmente libre.
- Quería verte hermanita bebé, ¡te extraño mucho!, no te has comunicado conmigo para nada- dice con un puchero.
-Eso no es cierto, te he mandado algunos correos.- Suelto en mi defensa.
-¡Pero son muy cortos!- me reclama.
-¿Y solo por eso cruzaste todo el océano atlántico?, ¿Solo porque mis correos eran demasiado cortos?- digo mientras ingreso a la casa.
-No, en realidad no es solo por eso... – me dice con una sonrisa traviesa mientras cierra la puerta.
-Y entonces ¿Por qué?... - pregunto confundida.
-¡Tía Helga!- escucho unas vocecitas a lo lejos.
Desde el piso de arriba mis dos pequeños sobrinos bajan a toda velocidad, Robert por el barandal y Amanda por las escaleras.
-¡Niños tengan cuidado!- Grita Olga con el ceño fruncido, los pequeños ni se inmutan, vienen a mi con los brazos abiertos, corren tan velozmente que no alcanzan a frenar y terminamos chocando y cayendo al suelo riéndonos como locos.
-¡Como los extrañe pequeños demonios!- digo alborotándoles el cabello, ellos cierran los ojos sonriendo.
-Y ellos te extrañaron a ti "'Hell"- dice Peter dándonos alcance bajando las escaleras, al llegar va abrazar a su esposa por la cintura, sonrío hacia él.
-También te eche de menos a ti y a Olga, que al parecer tiene un secreto que no me quiere revelar.
-No es solo ella la del secreto, ¿No es así niños?- ellos solo regresan a verme sonriendo.
-¿Qué se traen entre manos pequeños demonios?- pregunto con genuina curiosidad.
-Ya lo sabrás- dice Olga ayudándome a parar- Ve a saludar a mamá y a papá, están en la cocina.
-Sí, si- me dirijo a La Cocina revisando los daños que recibieron las cosas que había comprado.
Al entrar encuentro a Bob leyendo el periódico y a Miriam haciendo un par de panqueques que ahora vuelan por el aire y poco después aterrizan en el satén "como me hubiera gustado ver eso cuando era niña" pienso para luego reprenderme es mejor tarde que nunca. Sonrío y saludo a cada uno.
-Hola Bob- digo dejando las cosas en la mesa.
-¿Niña por qué insistes en llamarme Bob?
-Lo siento, la costumbre supongo-Le doy un abrazo aunque aun es algo extraño- Me alegra verte, traje un par de cosas para el desayuno.

ESTÁS LEYENDO
Reencontrandome con mi viejo amor
FanfictionSoy Helga G.Pataki ex-bravucona de P.S 118, aunque ya son muchos años desde aquello. Hoy soy una simple chica que vuelve a su ciudad natal buscando lo que un día fue. Sí lo sé, suena muy melodramático, pero es una forma de explicarlo. Pasé 4 años le...