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- Bueno, supongo que me toca a mí - Se levanta de su asiento - Mi nombre es Nishikino Maki, y... Les voy a contar la historia de mi vida.

Nací en una de las familias de médicos más importantes del país, la cadena de hospitales generales "Salud a la vida" Nishikino, por lo que pueden deducir que también sería una de las familias más adineradas - Varios asentimos - Bueno... Empecemos.

Mi madre era enfermera, mi padre neurólogo. Ambos trabajaban en el hospital público, mi padre aprendía todo lo necesario para cuando herede el negocio, y mi madre simplemente ayudaba en la enfermería.

Supongo que lo que viene es obvio, se conocieron, se hicieron amigos, y se enamoraron.

Creo que a los cinco meses de conocerse mi papá le pidió matrimonio. Se casaron, mi papá heredó el negocio, compraron una mansión y mi madre quedó embarazada.

Ellos "se amaban".

Por eso dos años después de mi nacimiento mi mamá engañó a mi padre con el mayordomo. Cosas de la vida - Dijo la chica agitando su mano despreocupadamente - Obviamente mi madre no era una víbora que se aprovechó del nombre de mi padre, por supuesto que no. Ella se disculpó y mi padre, inepto como él solo, la perdonó.

Aunque yo sé que lo que escuchaba desde el otro lado del comedor, donde estaba el mayordomo, no era la televisión.

Bueno... Yo fui, la típica niña mimada que tenía todo al alcance de sus pequeñas manos; todo lo que quería, lo tenía, aunque solo sea por capricho y luego lo tirara por ahí - Río ante esa declaración - Recuerdo que mi habitación estaba llena de peluches de todo tipo, pero el que más me gustaba era el conejo. Era un pequeño conejo blanco que llevaba a todas partes, realmente me encantaba ese peluche ya que tenía el rellen¬bueno creo que me estoy yendo del tema...

Bien, yo tenía peluches, y los peluches no eran suficientes. Por supuesto que todo niño alguna vez pide tener una mascota, ¿y cómo no dársela a la niña de papá? Cuando le dije que quería una mascota, ni siquiera dudó en preguntarme que animal quería. Pensé, en ese entonces me gustaban los conejos así que, ¿por qué no?.

Ese fue el maldito día más feliz de mi maldita vida.

- Nishikino-san, sin insultos por favor - El coordinador dijo mientras dejaba de escribir y levantaba sus lentes.

Maki suspiró - Si, lo siento, trataré - Se la veía un poco cohibido ante la queja.

- Muy bien, prosiga - El hombre tomó su bolígrafo y se preparó para seguir anotando.

Cuando fuimos a la tienda y entramos, lo vi inmediatamente. Un hermoso conejo blanco de orejas negras y ojos rojos, era el más pequeño de todos, y eso lo hacía más adorable. Podría decirse que fue amor a primera vista o algo así.

Realmente fue el mejor día de mi vida.

Creo que ese conejo marcó gran parte de mi infancia ya que, literalmente, hacía todo con él. Agarraba al conejo por sus patas delanteras, y lo llevaba como a un bebé. Yo no era muy buena al momento de relacionarme con la gente, así que él se terminó convirtiendo en el reemplazo de la gente con la que no hablaba, en mi mejor amigo. Además realmente parecía entenderme cuando charlábamos, nada más le faltaba responder. Era como hablarle a otra persona, al menos para mí.

Disfruté cada momento con el animal, cada juego, cada siesta, cada charla. Lástima que el conejo fuera débil, claro que no lo sabía hasta que se enfermó y falleció.

Me di cuenta por mi misma, que no vería a ningún animal de la misma manera que veía a ese conejo. Y que seguramente nunca volvería a pedir una mascota para no tener que sufrir otra pérdida. Cosa que resultó ser verdad.

Creo que esa fue una de las pocas veces que lloré como una maldita desenfrenada.

- Nishikino-san... - Volvió a levantar sus lentes en señal de aviso.

- Lo siento - Se aclaró la garganta - Bueno, en ese momento yo ya tenía 8 años, y la popularidad del Hospital General Nishikino creció notablemente gracias a la tecnología avanzada que acababa de conseguir. Pero entonces, ¿qué significaba eso? - Preguntó mirándonos - Significaba que papi y mami estarían mucho más tiempo en el trabajo y que la pequeña Maki tendría que quedarse en casa con el mayordomo y las sirvientas - Dijo con tono sarcástico.

Claro que a la pequeña Maki esto le molestó mucho, ya que su amigo se había ido de este mundo y necesitaba a alguien que la consolara por su pérdida. Pero nadie la escuchó, o consoló, así que decidió quejarse. Y la única manera de quejarse por esto, fue comportarse mal.

Mis padres, por supuesto, le restaron importancia, "déjala estar es un berrinche por lo del animal".
Para ellos era sólo berrinche, hasta que empecé a agarrar mis "oh tan preciados" peluches y destrozarlos o arrojarlos a la basura. Y no sólo eso, comencé a romper varios objetos de la casa incluyendo artículos médicos muy costosos, todavía recuerdo los gritos desastrosos de mi padre por eso - Decía mientras hacía gestos con sus manos, a lo que reímos casi todos - Pero, sólo lo hacía porque quería la atención de mis padres...

Claro que no obtuve eso y en parte por eso estoy aquí pero bueno, esa es historia para otra sesión.

Ellos en lugar de darme un mínimo de atención, pensaron que necesitaba gastar energías, y me llevaron a clases de piano.

En serio, ¿quién lleva a clases de piano a su hijo cuando rompe cosas?. ¿Gastar energías?, ¿de dónde sacaron eso?.

En fin, terminé yendo a clases de piano, cosa que al final me entretuvo bastante y logré "calmarme" un poco.

Comenzó a gustarme mucho el piano, y mis padres se dieron cuenta de esto. Así que decidieron comprarme un hermoso piano de cola negro. Recuerdo que luego de un día de volver de la escuela entré a mi casa y lo vi ahí, en medio de la sala. Fue realmente hermoso.
Desde ese día toqué todas las tardes el piano, cuando terminaba de almorzar, en la hora del té con mi abuela, o cuando simplemente quería tener un pequeño tiempo para mí...

Creo que este podría ser el fin del primer arco, ya terminé de hablar.

- Muy bien. Fue un muy buen comienzo Nishikino-san - Interrumpe el coordinador - Como puede observar aquí nos gusta que las personas sean abiertas con respecto a sus sentimientos y recuerdos, ya que eso puede ayudar a curar heridas del pasado. Así que espero que en la siguiente sesión todos sean más abiertos y compartan sus anécdotas como hizo hoy la señorita Nishikino. Sin la blasfemia, por supuesto - Se levantó de su sofá individual y aplaudió - Bien la sesión terminó, pueden retirarse, y recuerden, no todo tiene por qué ser malo - Hizo una pequeña reverencia y salió del lugar.

- Bueno... Supongo que nos vemos en la siguiente sesión - Escuché decir a la pelirroja.

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Hola (?

It's me again, Uki (?

Pos :v no se v:

Ahora van a saber como fue la vida de Maki (? xD

La Historia de Mi Vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora