Parente

Capítulo 19

Capítulo 19

El tren estaba a punto de llegar a Nifelheim.

Varick Schmidt y Kaine Merian habían realizado aquel viaje tantas ocasiones que prácticamente sabían el camino y los tramos que lo componían de memoria: las zonas cubiertas, las zonas iluminadas, los pasos de madera, los puentes levadizos, las bifurcaciones... Absolutamente todo. Conocían también los modelos que transitaban la zona, a los maquinistas y, en general, a todo el personal que les aguardaba en las estaciones. Conocían las leyes y los acuerdos por las cuales los trenes debían ser desocupados para el uso de los miembros de Tempestad, el trato que estos debían recibir y, por supuesto, los plazos. El cumplimiento de los plazos era uno de los puntos más importantes de toda la normativa.

No obstante, en aquella ocasión, iban tarde.

El viaje estaba siendo bastante tenso. Tras aguardar la llegada de Varick en la Fortaleza, los tres hombres se habían puesto de inmediato en camino hacia Nifelheim sin mayor motivo aparente que la llamada del tal Cruz. Y poco más. Ni Varick ni Kaine sabían exactamente qué estaba pasando, pues Aidur tenía los labios sellados, pero por la tensión que se respiraba en el tren suponían que era algo grave. Todo apuntaba a que el motivo de su viaje era la captura de los Ford y el juicio al que estos iban a ser sometidos en cuanto Tanith y su hijo apareciesen, pero ninguno de los dos se atrevía a pronosticar cuál sería su papel en toda aquella trama. Después de todo, había demasiados factores a tener en cuenta.

Uno de ellos, y seguramente el más importante a ojos de Kaine, era que no viajaban solos. O al menos no del todo. Aunque en aquel tren viajasen tan solo ellos tres, el agente sabía a ciencia cierta que un segundo convoy les seguía muy de cerca con el equipo médico a bordo camuflado entre los pasajeros. Fuese cual fuese su cometido, era un misterio.

El segundo factor a tener en cuenta era la petición que Aidur había hecho a Daniela antes de partir. En teoría, Varick no debería saberlo, pues se había tratado de una conversación privada, pero al estar por los alrededores no había podido evitar escuchar. Y lo que había escuchado le había sorprendido, desde luego. Aidur había pedido a su asesora personal que contactase con el capitán de la Hidra, una nave de pasajeros no demasiado grande para trayectos cortos cuyos servicios había ofrecido en alguna ocasión a Van Kessel a nivel personal, y que se preparase para partir en cuarenta y ocho horas. El dónde y el porqué no lo había escuchado, al igual que tampoco con qué pasajeros, pero sospechaba que estaba directamente relacionado con el tema en cuestión. ¿Significaría aquello que estaban a punto de cometer alguna locura por la cual tendrían que escapar del planeta?

Fuese cual fuese la respuesta, Kaine tenía la sensación de que pronto la descubriría.

El tercer factor y el que más dudas despertaba en Varick era el papel de Morganne en todo aquello. Mientras que Daniela permanecía en la Fortaleza realizando las gestiones pertinentes y cuidaba de Daryn, la jovencita había sido enviada a Bermini a cumplir con una misión de la que nadie sabía absolutamente nada...

Kaine tenía la sensación de que Aidur se la había querido quitar de encima. Llegado a aquel punto, fuese el que fuese, Aidur había decidido tomar una decisión sobre su futuro y, seguramente alentado por un más que desesperado Anderson, había decidido cortar por lo sano con Tempestad. Van Kessel iba a dejarlo todo: tanto la organización como el planeta. Precisamente por ello se dirigían a Nifelheim: el Parente iba a irse, pero no sin antes dejar bien clara su posición respecto al conflicto liberando a los prisioneros de Cruz...

O al menos eso creía, claro. En realidad, Kaine no tenía la menor idea de lo que estaba sucediendo a su alrededor. Ni él ni Varick, el cual, inquieto, no hacía más que mirar por las ventanas, ansioso por poder llegar cuanto antes a la ciudad y dejar aquel opresivo vagón en el que tan solo el silencio parecía sentirse cómodo.