Capítulo III: La guerra.

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En un parpadeo, me despierto, siento como si no hubiera dormido nada, pero es imposible ya que es de día. Escucho que tocan la puerta. Iré a abrir.

-Buenos días señorita Rosalinda- Es Sam.

-Buenos días Sam- le digo.

- ¿Estás lista para la guerra?- me pregunta

-¿Guerra? ¿Que no era dentro de dos días? bueno...con hoy sería mañana pero... ¿no sería mañana la guerra?

- No, Rosalinda, has dormido dos días enteros.

- ¿QUEEEEE?

- Para una guerra debes estar bien descansada, pusimos pastillas para dormir en tu comida.

- Ah, ok.

Me visto con algo...apropiado para una guerra...osea...sería....¿algo cómodo.....verdad?

Una vez ya lista, salgo del castillo, con Sam acompañándome, y me encuentro con todos los unicornios blancos del reino, y todas las galletas azules.

Una vez ya lista, salgo del castillo, con Sam acompañándome, y me encuentro con todos los unicornios blancos del reino, y todas las galletas azules

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Son muy extrañas, y a la vez, graciosas.

Apenas me doy cuenta que acaba de llegar Unicornio Azul, está a mi lado. Sinceramente, no me simpatiza, se ve muy serio y no me ha hablado.

La reina me ordena que me suba a Unicornio Azul, le hago caso. 

Se escucha un disparo, la guerra comenzó. las galletas azules, armadas, vienen corriendo hacia nosotros, y nosotros, galopando hacia ellos. hasta que... frenamos unos metros delante de ellos, y ellos también frenan. Hasta que logro ver que tienen a alguien secuestrado. Era... ¡David! ¡Mi mejor amigo! ¿Qué hace aquí? Yo lo libraré de esas galletas salvajes. Malditas galletas azules.

La guerra comienza. vamos ganando...creo. Pero ya no pienso comer más galletas, estoy muy llena, comenzaré a.... matarlas...creo.

Se acercan dos galletas azules, y entre forcejeos y golpes, logran secuestrarme. Lo lamento mucho David, no pude salvarte. Nos meten en un calabozo, como en un subsuelo, mientras las galletas que quedan y los unicornios que quedan, siguen luchando. Al parecer, David estaba feliz, no entiendo por qué.

- Rosalinda, no lo puedo creer.

- ¿Qué pasa David?

- Hace dos años aproximadamente, me sacaron de esta celda porque se dieron cuenta de que había una salida.

- ¿Es una broma?

- ¡No! para nada, la salida estaba... por aquí...creo.

No lo puedo creer, David y su mala memoria.... ¿cómo pudo recordarlo? desde que lo conozco no podía recordar nada de lo que había aprendido en clases, por eso nunca hacía la tarea, ¡no podía!

Encontró la salida, le preguntaría cómo lo recordó...pero...no era un buen momento para hacer preguntas tontas.

Fuimos hacia el castillo sigilosamente, y nadie nos vio, afortunadamente. Llegamos a la puerta del castillo, y nos topamos con...Sam

Las Extrañas Aventuras De RosalindaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora