Tus mejores amigos siempre te ayudan.

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  Capítulo IV: Tus mejores amigos siempre te ayudan.

Los chicos se encontraban en clases, algunos más aburridos que otros. Endo no dejaba de pensar en el plan que tenían para convencer al padre de Mio, sin que ella estuviese al tanto. Los chicos estaban completamente distraídos, por lo que el profesor tuvo que echarlos al pasillo. Entre ellos estaban Endo, Kazemaru y Goenji.

-Chicos, ¿qué haremos entonces?- preguntó Endo.

  -Fubuki hablará con Mio en el receso en intentará convencerle de decirle a su padre.- dijo Goenji. Kazemaru no pudo evitar bajar la mirada y sentirse algo molesto con Fubuki.

-Es un gran plan. Pero, ¿qué hay si ella se niega?- preguntó Kazemaru algo preocupado. Endo sonrió.

-No te preocupes. Fubuki sabrá convencerla.- contestó Endo de inmediato.

La hora de clases terminó, y ya venía el receso. Los chicos acudieron rápidamente al plan, negándole cualquier oportunidad a Mio de escapar del salón. Kido intentó distraerla.

-Mio, ¿puedes venir un momento?- preguntó el chico. Mio asintió.

-Claro.- la chica se acercó hasta Kido.- ¿Qué sucede?

-Estaba pensando en que hicieras una técnica especial con otro compañero del equipo.- dijo Kido.- Pero como no sé cuáles son tus técnicas especiales, me debes dejar verlas luego para así asignarte un compañero. ¿Estás de acuerdo?- preguntó. Mio asintió con la cabeza.

-Estaré encantada.- sonrió la chica.- Pero cambiando de tema, ¡muero de hambre!

La chica salía del salón, pero justo antes de ir a la cafetería, fue interrumpida por Fubuki, que le había tomado de la mano.

-Mio, tengo un lugar especial al cual llevarte.- dijo el peli plata. Al sentirse algo atrevido, se retractó.- Ah, este... Si tú quieres, claro.

-Me encantaría.- dijo la chica con una sonrisa en el rostro. "Bien, todo va de acuerdo al plan..." pensó Kido dentro del salón.

Fubuki había llevado a su amiga hasta la caseta antigua del club de fútbol. Mio miró confundida, sin embargo entró junto a Fubuki. El chico sonrió.

-Bien. Aquí es.- dijo el chico. Mio sonrió algo divertida.

-¿Y por qué es tan especial?- preguntó la peli negro.

-Verás, aquí es donde empezó el club de fútbol.- explicó Fubuki.- Por eso es tan especial para todos los del equipo.

-Ya veo.- dijo Mio sonriendo. La chica sintió la brisa en su cara y no pudo evitar sonreír de satisfacción.- Amo la brisa...

-Sí, te hace sentir tan...

-Libre...- dijeron ambos al unísono. Los chicos rieron. Mio miró la caseta del club de lado a lado.

-Mio... Bueno... Yo supe que tú no tienes... familia.- dijo Fubuki algo nervioso. La peli negro quedó atónita ante esto y luego se volteó a ver al muchacho.

-¿Quién... te dijo eso?- preguntó la peli negro muy nerviosa. Fubuki le tomo de las manos.

-Tranquila, yo... sé que sientes.- dijo Fubuki en tono tranquilizador. La chica se soltó rápidamente de las manos de Fubuki. Sintió como caía al suelo y temblaba.

-N-No... Tú no sabes lo que siento... ¡Nadie sabe lo que siento!- exclamó la joven mientras que unas lágrimas caían por su rostro. La chica temblaba y se ponía cada vez más nerviosa.- N-Nadie sabe... No...

El ángel del truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora