Capítulo 2: Eclipse y mas

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KALETTE

Al fin había llegado al edificio, corriendo subí las escaleras hasta llegar al cuarto piso hasta llegar a mi cuarto. Abrí la puerta y enseguida vi ha Jasón acostado en mi cama con la mano en el pecho tratando de detener la hemorragia.

– ¿Qué ha pasado? – Pregunte corriendo hacia el

– No hay tiempo de explicaciones, solo ayudame por favor, he perdido mucha sangre – Respondía con voz sofocada

– Tienes razón.

Enseguida tome todo lo necesario para curar la herida y tratar de detener la hemorragia, abrí su camisa y descubrí que tenía un enorme hueco en el pecho, parecía que a Jasón lo habían apuñalado con una pieza redonda y filosa, la cortada era muy ancha, se veía un ollo poco profundo sobre su pecho derecho, enseguida come el alcohol y se la puse sobre la herida lo cual hizo que Jasón gritara de dolor. Jasón solo aguantaba el dolor que sentía cada vez que tocaba la herida. Por instantes me sujetaba muy fuerte las manos mientras gritaba de dolor, coloque alcohol y un poco de anestesia tópica para disminuir el dolor, por suerte no fue tan profunda, por lo que era fácil curarla. Después de un duro rato de dolor que había pasado Jasón, termino durmiéndose.

Tome algunos hielos del congelador y se las puse sobre su cabeza; mamá siempre me enseño a curar heridas muy graves, ella era una doctora muy experimentada con heridas de alto riesgo y aunque escogí diseños gráficos yo aún guardo toda la información que mamá me había dejado.

– Suena el teléfono –

– ¿Diga? – Respondí a la llamada

– Mmm oye puedes traer mi móvil aquí abajo, estoy en la entrada del edificio. –Responde el chico misterioso–

Menuda sorpresa el chico misterioso estaba debajo de este castillo. Colgué y fui a mi habitación por el saco que estaba sobre mi escritorio, Baje hecho flash estaba nervioso por saber de quien se trataba y que al fin podría conocer quién estaba detrás de esa voz tan prepotente. Al abrirse el elevador salí con calma y caminé hacia el pontón principal, mi corazón latía y latía tan fuerte que casi sentía que se trataba de un paro cardiaco. Al llegar un coche blanco, bien pulido y con un brillo sensacional estaba parado y con ello un joven que calculo yo que tenía unos veinticuatro años estaba de espalda, me acerque a él lentamente para poder observalo detalladamente, justo antes de que pudiera acercarme el chico me miro y con una sonrisa dijo:

– ¿Tú eres Kalet? – Sus ojos permanecían ocultos por las gafas de sol

– Si ¿y tú eres? – Algo me decía que no era quien yo imaginaba, debido a que nada consistía con la descripción que presentía y la voz que tenía era distinto.

– Soy Adan Amigo del chico que te trajo anoche, él tiene algo de contra tiempo y me pidió que viniera por su móvil.

– Ok, aquí tiene – le entregué el telefonomóvil.

Luego de haberle entregado lo que había venido a buscar Adan entro al auto y puso en marcha el auto, pero antes de que se marchara dijo;

– Yulien dice que si lo quieres volver a ver, tienes que hacer lo mismo que hiciste anoche.

Terminada la frase se retiró. Quede desilusionado al pensar tantas cosas pero... ¿Qué era esto? ¿Me estaba aferrando a algo que fue inconsciente? Comencé a reír por lo tonto que me estaba portando al sentirme triste por alguien que ni siquiera conocía asi que me le dejé todo al aire y recordé Jasón, en seguida me dirigí a mi cuarto para ver si seguía durmiendo. Por suerte aún estaba en reposo.

Después de mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora