capitulo 4

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Hermione ya casi llegaba a su destino cuando sintió unos brazos ciñéndose a su cintura y una voz en su oído susurró: te vez muy hermosa, cada día más mi leona. Sonriendo, se dio la vuelta y se encontró con draco, su novio estaba muy guapo esa noche, con un esmoquin muggle que le regalo en navidad, y a ella le encantaba.

Draco observo detenidamente a su novia, se veía bellísima con un vestido rojo que le llegaba hasta las rodillas, no había palabras para demostrar lo mucho que le gustaba como se veía, sin duda es la chica más hermosa de este mundo–pensó el

-tu tampoco te quedas atrás mi querido hurón-le dijo mientras se acercaba para besar sus labios, habían pasado 2 horas y ya los había extrañado. Si había algo a lo que era adicta son sus besos.

-no vas a dejarme de molestar con eso ¿verdad?-suspiró draco, maldiciendo por dentro a Weasley, quien no paraba de decirle de esa forma. Sólo toleraba ese apodo porque a Hermione le gustaba decírselo de cariño, y no podía negarle nada a su chica.

-No, y por cierto me encanto el perfume y la rosa-en eso le mostro su regalo, el cual estaba en una caja adornada con una cinta verde y roja-ábrelo por favor-le dijo un poco nerviosa, esperando que le gustara e impresionara su novio.

El comenzó a desenvolver su regalo, y al abrirlo se dio cuenta que era un álbum de fotos de ellos desde que se hicieron amigos, algunas en el lago negro, en el campo de quidditch, en su torre. Las fotos tenían fecha y Siguió viendo hasta los momentos en que se convirtieron en novios, en algunas salían riéndose, mirándose o besándose, incluso estaban el resto de sus amigos en las fotos. Su favorita era en la que Hermione reía y él le robaba un beso.

-gracias amor, es el segundo mejor regalo que he recibido.-Le dijo abrazándola y besándola, mientras se preguntaba que había hecho para merecerse a esta chica, no había duda que cada vez la amaba más.

-feliz aniversario, y me alegro que te encantara-contesto Hermione, muy feliz y orgullosa de que le gustara su regalo. En eso ambos comenzaron caminar lo poco que quedaba hacia el lago negro, pero antes de seguir avanzando, draco hizo que Hermione se detuviera. Ella lo miro un poco confundida

-bueno ahora viene mi sorpresa, pero primero tienes que ponerte esto-le dijo draco mostrándole una venda, al parecer quería que se la pusiera en los ojos, para no arruinar la sorpresa.

De acuerdo pero no dejes que me caiga-le dijo Hermione mientras él le ponía la venda en los ojos, y comprobaba que no estuviera viendo nada.

-nunca dejaría que te cayeras, yo te guiare. El comenzó a avanzar con cuidado, siempre asegurándose de que su novia no tropezara ni se resbalara, siguieron caminando hasta que draco se detuvo, habían llegado a su destino

- Bueno, ya puedes mirar-le quito la venda de los ojos, esperando su reacción

Lo que vio la dejo sin aliento, había una mesa con velas y comida, además unas hermosas luces en los árboles que iluminaban junto con la luna llena y las estrellas el lago negro de una forma muy mágica y al mismo tiempo daban un ambiente bello y romántico.

-Draco, esto es muy hermoso-dijo Hermione maravillada, sin estar segura si estaría soñando o no, pero todo era absolutamente real.

-me alegra que te guste, sabes aún recuerdo cuando nos sentamos bajo ese árbol y conversábamos de todo tipo de cosas, y pensé: vaya que es hermosa, me encantaría besarla. En ese instante ya era consciente que me enamoré de ti, pero no sabía si sentías lo mismo y no quería arruinar la amistad que teníamos en ese momento. Pero cuando volteaste a verme, te juro que apenas vi tus ojos y no pude resistirme, y fue cuando te bese por primera vez-termino de decir draco,sin duda es de los mejores recuerdos que tiene 

-yo también lo recuerdo bien, en ese momento estaba confundida y más cuando me besaste, pero principalmente porque te correspondí, además me encanto que lo hicieras, me di cuenta que a lo mejor me gustabas. Y el día que me pediste ser tu novia no lo dudé por un segundo, supe en ese preciso momento que te amaba, y aun lo sigo haciendo.-en eso ambos se acercaron y se besaron tiernamente, pero en eso draco se separó de Hermione, mirándola de manera segura y con un poco de nervios.

-elegí este lugar para celebrar nuestro aniversario porque quiero hacerlo más especial para nosotros, y para este momento en que-volvió a mirarla a los ojos, y finalmente se arrodillo frente a ella-Hermione jean granger, te amé desde el sexto año, te amo ahora y te amare para siempre ¿quieres hacerme el honor de casarte conmigo?-saco una cajita de terciopelo rojo, mostrando un anillo de oro blanco con un pequeño diamante en el centro

-Draco-suspiro Hermione con lágrimas en los ojos, sin duda no se esperaba esto, pero de algo estaba completamente segura y es que no podría estar sin él, y aunque le costó encontrar las palabras de nuevo, le respondió -SI...¡¡SI QUIERO CASARME CONTIGO!!

No pudo evitar a que se le formara una sonrisa estúpida en la cara, ¡SU AMADA LE DIJO QUE SI!, coloco el anillo en el dedo anular en la mano izquierda de su ahora prometida, y sin poder contenerse, la agarro de la cintura y comenzaron a dar vueltas por todos lados, sin parar de reír de felicidad, ambos perdieron el equilibrio y cayeron al pasto, Hermione encima de él.

-te amo mi dragón-dijo besándolo en los labios, siendo correspondida de inmediato por su futuro esposo, quien diría que acabaría junto a su enemigo desde el primer año, que la insulto por ser hija de padres muggles, que la molestaba por ser de gryffindor y amiga de "san Potter",pero todo cambio cuando termino la guerra,sin todos esos prejuicios que no los dejaban acercarse el uno al otro.

-yo también te amo leona-en eso comenzaron a pararse, sin dejar de mirarse muy sonrientes, se dirigieron a la mesa para cenar y celebrar su aniversario, además de su nuevo compromiso. La hora se pasó volando entre medio de risas, besos y charlas amenas, pero muy pronto de lo que ellos esperaban se hizo muy tarde y comenzó a hacer más frio de lo habitual

-tendremos que irnos, ya es muy tarde y mañana hay clases-como siempre Hermione se preocupada de todo, más ahora que se acercaban los éxtasis

-de acuerdo, no cambias nunca granger-en eso le puso su chaqueta encima de los hombros.

Comenzaron a emprender el camino de vuelta al castillo, y recorrieron los pasillos abrazados, sin pensar en nada más que ellos dos, y al pronunciar la contraseña frente al tapiz de la torre de premios anuales, entraron a la sala común.

lo mas valioso de mi vida [re edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora