Ya no era nada malo con cosas de chicas, Amy y Robert tenían un año saliendo y solo 3 meses de novios, disfrutaban cada momento juntos. Fue tan injusto que eso acabara.
Era un viernes por la tarde y habían quedado de ir al cine. Cuando salieron les dio hambre, Robert ya tenía 16 y un permiso de conducir, así que llevo a Amy a un café con música en vivo. De alguna manera se había echo, buen amigo de su padre y disponían hasta poco antes de las 9:00.
Su padre y su novio la cuidaban como su tesoro, no podía ser más afortunada.
Esperaron en una mesa hasta el fondo pegada al ventanal
-No me siento mentalmente fuerte para mover un dedo después del examen de hoy-
-Siempre tienes sobresalientes Am-
-Lo sé, a veces ¿Es muy cansado sabes?-
Volteo a la ventana y vio pasar a Evan, no podía creer lo que veían sus ojos, mucho más alto, delgado como una espiga, un bonito peinado y tomado de la mano de su adorada Elisa. Increíble.
-¿Qué ves linda?-
-¿Qué?... ah... nada- Dijo quitandole importancia con la mano.
- ¿Segura?-
-Ah...-
Amy tenía la boca desencajada y los ojos muy abiertos . Sus antiguos mejores amigos entraron al café y se acercaban a su mesa, Evan ya no llevaba esa ridícula lonchera, Elisa no usaba más ropa infantil, y Amy había dejado atrás esos preciosos broches de florecitas.
-¿Amy?- dijo Evan.
-Mmm si-
-Nos pareció verte ¿Cuanto tiempo a pasado?-
-No lo sé, creo que bastante- sacudió su cabeza alejando los malos recuerdos y aquella sensación incomoda, intentando estar feliz por no estar sola. - No se si recuerden a Robert, fue mi carta anónima ese último día-
-Ja, hola chicos ¿Cómo les va?- Dijo él.
-Bien- respondieron ambos tomando asiento a un lado de cada uno.
-Evan fue una de mis muchas cartas anónimas aquel san valentin ¿Quién lo diría no? -
-Sí, si como hemos cambiado-
-¿Sigues con el baloncesto?-
-Si, Evan-
En realidad daba mucho en que pensar, parecían otras personas.
Elisa:
Tenía el cabello por la cintura y no al hombro como hace un año, la última vez que la vio. Usaba ropa entallada pero más femenina, debajo de sus ojos había rastros de mascara para pestañas, tenía un piercing que lucia con aquella blusa a la altura de las costillas. Lucia muy sexy , valiente y segura, eso no había cambiado en nada.
Evan:
Tenía una sonrisa hermosa, el cabello bien acomodado y recargado en su frente de manera que lo hacía ver "educado" o al menos eso creía Amy, así lo describía en sus pensamientos, vestía un suéter y una camisa, el pantalón estaba planchado a la perfección y su mirada cautivaba a cualquiera. Era el mismo niño de hace 3 años, solo que diferente, con 20 kilos menos, más encantador. Fue como regresar en el tiempo y volver a unir los rezagos de ese corazón que se había enamorado de el.
Robert:
Su cabello obscuro se asomaba debajo de un gorro de los Lakers, sus ojos verdes iluminaban toda la habitación, tenía un cuerpo digno de deportista y sus manos buscaban las de Amy. Era uno de los chicos más guapos y sin embargo eso no era suficiente para que Evan evitara revivir el cariño que le tenía a la Amelia de 8 años .Robert era realmente atractivo, el único cambio que había sufrido era el de la voz, su masa corporal y el tamaño.
Amelia:
Tenía una figura delicada, la piel pálida, los cabellos color caramelo a la altura de la barbilla y las pestañas risadas, era muy linda, tal vez no tanto ni de la misma manera que Elisa, pero lo era, siempre lo había sido. Sus ojos estaban rodeados por ojeras simplemente hermosas y diferentes, tenían un ligero tono purpura sin llegar a parecer golpes. Usaba un overol de mezclilla y una sudadera color rojo. Ya no tenía esas flores tan características, ahora lucía unas aburridas orquillas en forma de cruz sobre la parte superior del flequillo.
El resto de la noche conversaron de manera tranquila, platicaron de lo emocionados que estaban por pasar a preparatoria, Robert narraba las historias de su primer año, cuando saco su permiso de conducir y finalmente de como se hicieron novios él y Amy, lo que provocó un conjunto de sentimientos entre cruzados.
- Debo admitir que cuando los veía juntos me hubiera gustado ser un año menor, recuerdo que siempre estaban riendo, para el siguiente año la vi en la misma escuela que yo, pensé que estaría triste por que llego ahí sola, sin ustedes, así que la invite a los partidos y solamente fue al último, esa noche ganamos. Entonces gracias, no creí que ustedes terminaran juntos ni que ella me volteara a ver. -
-Es destino- dijo Elisa con voz dulce y mirando a su mejor amiga de la niñez.
- Destino- le respondió
-Destino- susurro Evan tan bajo que nadie lo escucho.
Por último se despidieron y subieron al auto.
-Me gusto que no fue una competencia-
-¿Competencia?-
-Si, no fue una competencia de presumir a su chica -
-Con que ¿Mi chica?- Robert volteo y beso la oreja de Amy, luego su mejilla y por ultimo sus dientes antes de que el semáforo cambiara a verde.
- Jajaja, ¡Ya! sabes a lo que me refiero... ella wow, siempre a sido espectacular-
- Espectacular si buscas un rostro bonito y unas largas piernas, tú eres única, real y completamente única - Volteó a mirarla rápidamente y ella solamente agacho la mirada y sus labios dibujaron una tierna sonrisa.