Capítulo 1.

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¿En dónde había dicho que estaban esos barcos?

Era más o menos las 2 de la madrugada cuando me encontraba en la cubierta del enorme crucero.
No podía dormir así que me propuse a tomar aire fresco. Estuve caminando cuando recordé las expediciones a las pequeñas islas tropicales al amanecer. Y cuanto más pensaba en eso...más ganas me daban de ir a explorar, así que esa fue mi misión.

"Ser la primera en explorar esas islas"

Recordé en qué lugar estaban los barcos de madera, en los que iríamos a explorar.
Me dirigí a la parte trasera del crucero, y lo primero que vi fueron entre 10 a 15 botes.

Tomé uno de ellos, que cabe destacar que estaban bastante pesados. Lo arrastre con mucho cuidado para no hacer tanto ruido.

Lo arrastre hasta la parte izquierda del crucero, me tomo como 20 minutos llevarlo hasta allá.
Tenía miedo de que alguien me viera, para mí suerte casi no había nadie, solo estaban algunos en el club privado en la parte más alta del crucero, y por otro lado las demás personas estaban descansando cómodamente en sus habitaciones. Algunos gerentes del crucero estaban en sus oficinas y dormitorios en la parte más baja del crucero.
No entiendo cómo no hay vigilantes.

Siguiendo con mi plan...Observé el gran espacio azul que nos rodeaba, no podía ver tan lejos ya que aparte de que estaba oscuro, había bastante neblina así que no veía hacia donde posiblemente puedan estar estas islas.

Dije "bueno, tal vez estamos rodeados de islas", así que sin más......arroje el bote.

-Ok, ¿ahora cómo rayos bajo ahí?— dije con mi cara de "¿que estoy haciendo con mi vida?"— Creo que toca saltar.

Y salte.
Y fue mala idea.
Y me arrepentí.

¿Cabe recalcar que tengo mala puntería hasta para saltar?

Pues como se pueden imaginar, sí, me caí...y no, no en el bote.

Fue directo al gran océano, y por si no fuera poco empezó la gran tormenta.
Tengo suerte de saber nadar, puesto que dedique 6 años de mi vida a practicar natación e ir a competiciones estatales.
Sin enrollarme, me sujete del bote, del cual no fue mucha ayuda porque gracias a la tormenta grandes olas se levantaron y fui brutalmente arrastrada.

Las grandes olas me llevaron de aquí para allá.
Estaba muy asustada, tanto que no quería abrir los ojos ni para ver a donde me dirigía.

Si hubiera podido nadar lo hubiera hecho, pero no podía moverme, la fuerza del agua era increíble.
No me ahogaba por tanta presión que había, tanta que parecía que volaba.

Estuve unos 5 minutos.
5 minutos que fueron suficientes para mi nuevo destino.

El gran océano me llevó a un lugar bastante desconocido.

Yo, con los ojos cerrados sentí un raro tacto, arena.
Me quede recostada en la arena, sin abrir los ojos, descansando aliviadamente tras ese "martirio".

Creo que realmente estaba inconsciente, pero podía sentir la sensación de la arena en mis mejillas.

Perdí la noción del tiempo. Realmente no supe cuánto tiempo estuve ahí tirada, solo recuerdo haber escupido mucha agua, mucha.

Después de mi show acuático, abrí los ojos.
Estaba amaneciendo, ya no había tanta neblina, ni tormenta, el cielo se veía anaranjado y amarillo, apenas comenzaba a asomarse el sol.

No tenía mucha fuerza aun, pero me levante a cómo pude.

Lo primero que pude observar fue un gran paisaje verde.
Grandes arbustos que cubrían grandes rocas viejas.

Toda era gigante, más sin embargo todo era hermoso.

Camine confundida, preguntándome en donde estaba, aunque con el pie firme, pues mi instinto aventurero me llamaba para explorar.

Camine por la cálida arena hacia los arbustos.
Podía sentir un cálido viento chocando contra mi, el clima era perfecto, sin duda, un clima tropical y sereno.
Me acerqué y los acaricie. Pequeñas gotas de agua se deslizaban de sus ojas, puesto que la tormenta había sido hace apenas unas horas, no sé cuánto paso.

Seguí caminando, pero ahora hacia atrás, caminando por el borde de esa isla, amaba el olor a océano.
Me quede viendo al horizonte, tratando de localizar algún punto de vida, aparte de mi.
No pude ver nada, solo agua y más agua.
Comencé a asustarme corriendo de aquí a allá, de punta a punta que eran más o menos 1 kilómetro, no me importaba correr tanto, era más mi desesperación que no me deja percatarme ni del gran espacio al que había llegado.

El crucero no se veía y mi única opción fue tumbarme en esa cálida arena...a llorar.
Llore por alrededor de 10 minutos sin parar.  Ahí me tienen pensando que iba a ser de mi vida si me quedaba aquí, ¿volvería a ver el crucero? ¿mi familia? ¿tierra? ¿cómo sobreviviría? eran tantas mis preguntas, tantas que abrumaban completamente mi mente.
Pero después pensé:  Amo la naturaleza, las expediciones y la aventura, no tengo miedos, soy fuerte, valiente e intrépida, encontraré la solución para salir de aquí, pondré a navegar mi bote de nuevo y encontrare el crucero a como dé lugar.
Y así lo hice, me levante y fui en busca de mi pequeño bote.
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Y ahí estaba otra vez, tirada y llorando.

Sí, olvide que en mi viaje marítimo y bruto por el mar mi bote me abandono..o tal vez yo lo abandone a él al momento de no atinar al saltar de la cubierta.

Vaya, sin duda alguna me quedaría ahí por el resto de mis días.

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2017 ⏰

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