Corazón de Dragón#DramioneAwards.

Recuerdos 3.

Años después.

Estaba sentado en una silla en su tienda, con su mirada perdida en algún lugar de esta. Sus ojos plateados comenzaban a cambiar a azules y brillaban con la luz de las velas. Cuantos años habían pasado desde aquel día en el que lo separaron de su madre sin dejar que se despidieran debidamente de ella. O por lo menos de poder dejarla tranquila con la esperanza de que él haría cualquier cosa para mantenerse vivo y regresar a ella. Toda su vida había cambiado desde ese día. Se llevo ambas manos hacia sus cabellos rubios platinados que también comenzaban a cambiar a un color cobrizo en las puntas, su respiración comenzaba a agitarse, se levanto de la silla y comenzó a caminar dentro de la tienda como un león enjaulado. Estaba inquieto, desde que había recibido aquella carta de su madre, lo había puesto nervioso.

Soltó un bufido de fastidio mientras tomaba la carta de nuevo entre su mano y la apretaba con fuerza, como si así su inquietud se esfumara.

Su madre lo necesitaba, pero sabia que tenia deberes que no podía dejar así nada más. Además el rey Voldemort no lo había llamado, así que no sabia que hacer. Suspiro rendido mientras se dejaba caer a una pequeña cama, cerro sus ojos mientras que su respiración comenzaba a pausarse. Mantenía sus ojos cerrados recordando aquel día.

------- Flash back-------

Cabalgaba sin poner atención a lo que sus amigos hablaban, estaba sumergido en sus pensamientos, sobre lo que le había pasado hacia pocos minutos en los limites del bosque. Freno su caballo viendo a lo lejos el enorme castillo, sus hermosos ojos plata comenzaban a desaparecer para darle paso aun color azulado-claro. Trato de calmar el miedo que había comenzado a nacer dentro de él.

Sabia lo que su transformación de hace algunos días atrás se significaba, lo había visto en la mirada de terror y triste de su madre. Para algunos dragones en su primera transformación era de mucha importancia ya que era ahí cuando se sabia si iba a hacer un gran dragón o solo un dragón del tamaño de un caballo o un poco más grandes que estos al llegar a la edad adulta. Claro que para él que era un dragón de raza pura y con padres que eran fuertes dragones de agua, no se esperaba más de él. Cuando se transformo vio su piel y sus escamas de un color cobre que comenzaba en un tono claro sobre su mandíbula y comenzaba a tornarse más oscuro detrás de sus orejas, hasta llegar a la punta de la cola. Su altura era impresionante ya que media 2 metros y medio, cuando abrió y aleteo por primera vez sus alas están median 3 metros. Sus hermosos ojos azules resaltaban con aquel color que lo hacia ver como si fuera una escultura echa por el mejor tallador de la historia. Era majestuoso, algo que hizo que su madre soltara algunas lagrimas de alegría y orgullo de saber que su hijo seria incluso más poderoso que ellos. Pero no quitaba la preocupación de Narcissa que rápidamente se acerco a él y le dijo.

- nadie tiene que saber que ya puedes convertirte en dragón-

Y ahora ahi estaba con un miedo de mil dragones sobre su pecho y con una vocesilla que le decía que se diera la vuelta y buscara aquello que lo había echo sentir una tranquilidad que hacia semanas no había sentido. Pero él era un príncipe y no le daría el gusto a nadie de que lo vieran huir como un cobarde... No él enfrentaría lo que fuera siempre con la cabeza en alto.

Así que de nuevo echo a andar a su caballo para de nuevo estar con sus amigos. Cuando llego con ellos los miro atentamente, ellos platicaban amenamente con sus tiernas sonrisas y sin preocuparse de lo que fuera que pasaba a su alrededor. Estaba claro que en esa época todo era felicidad y tranquilidad para los jóvenes que aun no pasaban de los diez años.

Sus mejores amigos eran de su misma edad, hijos de grandes Lores y dragones de agua y viento. Blaise Zabini era dragón de viento, era alegre y siempre le gustaba hacer bromas con los que decía él merecían ser dignos de recibirlas. Su piel morena hacia resaltar sus enormes ojos verdes esmeralda con pequeños matices de color violeta. Su cabello negro y rizado siempre lo llevaba muy corto para según él no perder el tiempo acomodándolo a cada rato. Era un poco más alto que sus demás compañeros y delgado.