Pidiendo ayuda 4.

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Caminaba a toda prisa por los pasillos, su corazón latía con fuerza. Ya quería verlo después de tantos años, se había imaginado como seria él varias veces. Pero siempre había querido verlo con sus propios ojos.

Sus ojos estaban vidriosos trataba de que ninguna lagrima se le escapara. Cuando por fin llego al gran salón del trono todos los presentes se quedaron mudos al verla ahí, la verdad no le sorprendía que todos la miraran en esos momentos ya que llevaba mucho tiempo sin pisar aquel salón. Trato de calmar sus ansias de ver a su hijo y camino por aquel salón con la mirada altiva y con tal elegancia que parecía no tocar el piso con sus pies, hizo una reverencia cuando llego frente al rey. Este se limito a levantar su mano y fruncir sus labios. Narcissa se acerco a su lado derecho quedando atrás del trono junto a su marido, que en esos momentos trataba de llamar su atención dándole una pequeña sonrisa.

Ella solamente inclino su cabeza como saludo y dirigió su vista hacia la puerta principal. Desde que la habían separado de su hijo nunca más le volvió a dirigir la palabra a su marido. Lo amaba si, pero jamás iba a perdonar no haberla protegido como lo hizo su hijo.

Respiro hondo tratando de concentrarse en tratar de que sus emociones no salieran a flote. Todos los presentes guardaron silencio cuando las puertas del gran salón se abrieron.

Draco entro al salón seguido de sus dos amigos que caminaban atrás de él, erguidos y con pasos firmes. Narcissa sonrió al ver a su hijo, una lagrima traicionera rodó por su mejilla que rápidamente se limpio para que nadie lo notara. Vio con orgullo a su hijo pero también sintió una tristeza enorme al darse cuenta que se había perdido de ver a su hijo crecer y convertirse en lo que ahora era.

Noto de inmediato que sus facciones se habían endurecido y sus rasgos se habían definido, su mirada era muy expresiva con aquellos ojos plata que sabia que cambiaban a un azul profundo muy hermoso, su espalda ancha y musculosa, su cabello algo largo lo hacia ver varonil y muy apuesto. Sonrió con tristeza al ver que ya nada quedaba de aquel pequeño delgaducho y sonriente que le gustaba llamar su atención con cualquier cosa. No, ese ya no era su Draco, soltó un suspiro tratando de controlar sus lagrimas. Ahora su principie Dragón era ya todo un hombre y digno de llevar la corona que por derecho le pertenecía. Se puso seria cuando pensó lo ultimo, cuanto más tenia que pasar para ver a su hijo tomar su lugar en el reino que había abandonado ya hacia muchos años atrás. Soltó un pequeño bufido haciendo que tanto el rey como Lucius la miraran con el ceño fruncido. Agacho su cabeza para luego alzarla de nuevo recobrando la compostura.

Cuando Draco estuvo a unos pasos del rey, hizo una elegante reverencia, al igual que sus dos compañeros.

- buenas noches su majestad- dijo mientras tomaba su postura erguida y miraba altivamente a todos los presentes, en especial a su padre.

Draco clavo su mirada en su madre que al sentir la mirada de su hijo inclino su cabeza haciendo que él hiciera lo mismo para que ella supiera que ya la había visto.

- ¿qué es lo que lo trae por aquí joven Malfoy?..... yo no lo eh mandado traer- dijo mirando a los ojos a Draco.

Draco iba a hablar, pero su madre hablo primero poniéndose frente al rey.

- lo llame yo su majestad- dijo viendo al rey a los ojos y retándolo a que le dijera algo más.

El rey sonrío maliciosamente mientras entre cerraba sus ojos y miraba a Narcissa- claro..... hace mucho que no veías a tu hijo.... entiendo querida- se levanto del trono y camino hacia Draco- ten mucho cuidado en lo que haces joven Malfoy, no creo que te agrade la idea de que te tenga que pedir que tomes la poción para no poder.....-

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2017 ⏰

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