Me encanta la madrugada, o bueno... al menos yo me considero ese tipo de persona que cambia drásticamente a las 3:00 AM.
Soñar despierta, y pensar en la infinidad de posibilidades que se tienen para encontrar a la persona que alguna vez llegaste a amar en el metro, mismo vagón, misma fila, diferente mundo alterno en el cual uno de los dos finge no conocer aquella chica de camisa con cuadros rojos.
"No se tu, pero al menos yo... beso las cicatrices, aprecio el cuerpo y el alma imperfecta, vivo de sonrisas y aquellas miradas de reojo discretas, adoro el café por las mañanas, tú puedes ser cualquier tipo de persona conmigo. Yo siempre te amare tal y como eres."
Una vez dicho aquel poema salido de la nada, aquella persona desapareció de su vida como un eco en la nada, un vacío.