Capitulo 4

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♠ 4 ♣


Vale, creó que ahora si que me muero, osea, mi jefe esta detrás de mi y por como se oye su voz estoy 100% convencida de que tiene su cara mas seria de lo habitual, no hace falta ni que me gire para verlo, la cara de Sofia me lo dice todo, a ver la chica no me cae bien, eso ya todos lo sabemos, pero me da penita lo que pueda decirle ahora mi jefe, trato de girar me disimuladamente para no darle la espalda a mi jefe, pues mama siempre decía que dar la espalda ha alguien que este hablando es de mala educación, cuando ya lo tengo de frente inconscientemente me situó al lado de Sofia, como si estuviera regañando nos a ambas como niñas chiquitas, pero que queréis si su cara de verdad me da miedo, tiene los labios en una fina línea y su mandíbula esta tensa, sus facciones endurecidas y sus ojos entrecerrados, mierda, esta furioso no, lo siguiente.

Miro de reojo a Sofia, esta totalmente paralizada, me recuerda tanto a mi pequeña cuando veía algo que realmente la asustaba que tengo el impulso de defenderla, aun que muy en mi interior se que no se lo merece, pero no lo puedo evitar soy como soy.

- Señor O' coneer, lo que pasa es que accidentalmente... -, no puedo seguir excusando la porque mi jefe me interrumpe de golpe.

- ¡Silencio Jones! -, ¿ me a mandado callar? El mero echo de que eso sea así me da muchísimo coraje, ¿ quien se cree? A ver se que tiene razón pero no me puede hablar así .

- Señor si me permite explicarle lo que ha...-, ni modo, al cretino le encanta interrumpir me.

- ¡Que te calles Nicohol! Sofia, a mi oficina, ¡ahora! - , espera a que ella pase primero para después cerrar la puerta de un portazo tras de él, me he quedado tan estupefacta que no logro moverme del sitio, sigo parada hay en medio tratando de asimilar lo que acaba de pasar.... ¿ pero que mierdas...?

Pues que ni piense que me voy a quedar aquí después de esa actitud suya, vamos ni muerta, cojo un posit de mi escritorio y un bolígrafo y me dispongo a dejarle una nota, cuando termino recojo mi mesa, me cuelgo el bolso del hombro y apago el ordenador, todo bajo la atenta mirada de mis compañeros a los que no les vendría mal aprender a disimular un poco.

Arranco el posit y lo apego en la puerta de doble hoja del despacho de mi jefe y me dirijo al ascensor, una vez dentro me dirijo a recepción, cuando las puestas se abren salgo acelerada de él, cuanto antes me largue mejor. Tom me ve desde su puesto en la entrada y sin preguntar nada extiende el brazo en mi dirección lanzándome las llaves de su audi, no se como lo hace pero sabe leerme perfectamente, sabe que algo pasa y necesito espacio, cojo las llaves al vuelo, paso por delante de él y sin pararme le hablo a su compañera dirigiéndome a la salida.

- Carla, prepara mi carta de renuncia, llámame para firmar el finiquito -, no la dejo hablar cuando ya estoy fuera buscando el coche de Tom.

Encuentro su precioso audi gris perlado, me subo y lo pongo en marcha, cuando paso por delante de la puerta del edificio puedo ver a mi jefe bajar de manera acelerada los escalones de este y ponerse delante del coche con las manos en los bolsillos de su pantalón, en una postura relajada, tan confiado en que voy a parar, pobre ingenuo, como se nota que no me conoce. En lugar de frenar, acelero a máxima potencia, puedo oír a la gente gritándole a mi jefe que se aparte pero este ni se inmuta, cundo estoy a punto de chocarlo da un paso hacia su derecha quedando fuera del campo de visión del coche.

Cuando llego a mi destino bajo del coche poniéndole el seguro, camino hacia las puertas de metal oxidado y chirriante que se encuentran abiertas de par en par y entro por ellas, saludo a Lu el guardia de tarde que me devuelve el saludo con un asentimiento podría decirse que somos como viejos amigos, camino entre el pasto asta dar con Aquello que buscaba y caigo de rodillas ante ella.

Ante mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora