Capitulo 16

34 5 0
                                    

♠ 16 ♣


Encerrada entre tres paredes de hormigón sin ninguna ventana y una curta pared formada por los barrotes que me encierran aquí adentro. Es curioso pero esto me recuerda un poco a cuando vivía con mi padre, aquella casa a pesar de ser grande, parecía una cárcel, una de la que no podías salir sin ser vista. La única diferencia es que este calabozo es de verdad.

Hay tres babosos de los que he tenido que defenderme, los he atado con sus cinturones a los barrotes, si tengo que pasar aquí la noche al menos la pasare segura. Lo malo de todo esto es que van a abrir un expediente con mi nombre, es cierto que no es la primera vez que estoy aquí, pero también es cierto que era gracias a mi padre que no abrieron nunca un expediente con mi nombre, al menos tenia algo de bueno, de lo que nadie me salvaba ya era de la paliza que él me daba una vez ya en casa.

Hay que admitir que al menos han mejorado respecta a la comodidad de los presos, ahora las camas llevan colchones de verdad y mantas. Antes era una simple tabla con una sabana y ahora hay asta almohada, genial. No pasan ni dos horas cuando se encienden las luces de los calabozos.

- Jones -, me doy la vuelta en la cama para mirar al agente -, hacia tiempo que no nos veíamos, pero veo que no has cambiado tus costumbres -, esto ultimo lo dice mirando a los babosos atados y dormidos -, podrías dejar de hacer eso ¿ sabes? -, me mira con una ceja alzada -.

- Entonces me moriría de aburrimiento aquí adentro -, rueda los ojos pero veo que sonríe, en realidad nos caemos bien -, ¿querías algo mas Lois? -, veo que frunce el ceño y yo me aguanto la risa -.

- Te he dicho mil veces que me llames Luc, odio mi nombre completo, no entiendo en que estaban pensando cuando me pusieron ese nombre -, le miro con cara de " a mi no me preguntes " el solo resopla -, el caso es que han pagado tu fianza y esta infracción no sera archivada, por lo que sigues limpia, te has vuelto a librar -, lo miro estupefacta mientras él abre la puerta para dejarme pasar, no se que decir -.

- ¿Quien a pagado la fianza? -, no dice nada, solo me da paso para que salga -.

- Esta afuera esperándote -, me entrega mi móvil, mi arma, mis llaves de la moto y casa y mi casco -.

Tengo la extraña sensación de que atravesare esa fuerte y veré a mi padre, el solo pensarlo me da escalofríos. Pero creo que ni viviendo cien vidas abría sido suficiente para afrontar lo que mis ojos están viendo ahora mismo... Lleva un traje de chaqueta y pantalón marrón oscuro con camisa blanca y una corbata. ¿Se a peinado? Por dios, esto tiene que ser una broma.

- ¿Max? -, sigo flipando ante las pintas que me trae, ¿de que se a disfrazado? -, ¿que estas haciendo aquí? -, lo miro de arriba a abajo... Espera ¿ sus rastas son de quita y pon? Dios, esto no me lo esperaba -.

- Soy tu abogado, los chicos me pidieron que viniera, ellos están ocupados en otras cosas -, va diciéndome esto mientras pone una mano en mi hombro instándome a que camine asta que salimos de hay -, bueno aquí termina mi trabajo, ves donde Set y Tom y no te metas en mas líos Diablo -, sonríe mientras des afloja su corbata -.

- Espera, ¿eres abogado? -,el asiente con la cabeza aun sonriendo -, y ¿organizas carreras clandestinas? -, vuelve a asentir esta vez riendo -, tío, eres mi héroe, por cierto gracias por todo -, nos despedimos y nos separamos tomando cada uno su camino.

Este hombre no deja de sorprenderme, mira que hacia tiempo que lo conocía y no sabia a que se dedicaba.

Me adentro con mi moto en las peores calles de la ciudad, se podría decir que son esas en las que hay una banda diferente por esquina. Me detengo delante de un pequeño edificio de dos plantas, veo un grupo de cinco hombres plagados cerca de mi, sonríen entre ellos y se van aproximando. "Una banda, genia, con las pocas ganas que tengo de pelear".  Me quito el casco y les miro sin expresión alguna en mi rostro, no demuestro miedo alguno, sin embargo ellos abren los ojos sorprendidos al verme, se echan disimuladas miradas entre ellos y al parecer todos concuerdan en lo mismo, porque me dirigen un pequeño asentimiento en reconocimiento a mi persona y se van por donde habían venido.

Ante mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora