Capitulo Unico

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Narrador omnipresente

"Era una noche silenciosa en el pueblo Tamago, se oía nada mas que el sonido de la naturaleza y los aullidos de lobo en la lejanía de las montañas.
Pero algo partió ese silencio. Los gritos incesantes despertaron  a los ciudadanos y con rapidez se fueron a ver la causa de dichos gritos y ruidos.
El edificio del orfanato Seiyo ardía en llamas rojizas y doradas; los gritos y el ruido del fuego irrumpían la tranquilidad, el humo invadía el puro aire y los llantos de los pequeños hacia llorar a los ciudadanos que intentaban salvar a los pobre niños que se hallaban dentro de dicho edificio. Pero eso no pudo ser hecho ya que el edificio que parecía tan resistente a todo a pesar de tener sus años...se desplomo. Acabando con la posibilidad de salvar a los inocentes que aun yacían dentro del edificio.
Entre ese mar de llanto y dolor de los ciudadanos que ayudaban a los niños que se salvaron y apagaban el fuego del edificio en ruinas se oyó una melodía. Una triste y dolorosa melodía, suavemente irrumpía los llantos y el dolor; aquel ritmo tan deprimente con el que era tocado el violín era lúgubre y quedaba justo con la ocasión.
La melodía provenía de la colina, la que estaba justo enzima del orfanato. Muchos se dirigieron a ver quien producía tal melodía en tal momento mientras otros se quedaron apagando el fuego o cuidando niños.
Cuando  los ciudadanos subieron la colina su sorpresa fue grande al encontrar la colina vacía. La melodía había cesado pero era claro que provenía de allí.
Los días pasaron y todas las noches se oía la melodía, siempre a la misma hora , las 10:00, ni un minuto mas ni un minuto menos.
"Es el fantasma de un niño que murió en el incendio el que toca la canción" quedó sentenciado por los ciudadanos y así permanece"

La Melodia Del Violin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora