VI

3.1K 422 180
                                    

Parecía que todo iba en cámara lenta, los árboles posaban su mirada sobre mí al igual que centinelas y sus hojas gruñían como criaturas furiosas de la noche. Mi chaqueta aleteando debido al fuerte viento que en los últimos minutos se había levantando. La oscura noche me acechaba y los rayos de luna iluminaban todo mi cuerpo. Mi auto estaba a solo unos metros y corrí lo más que pude hacia el.

- ¿Dónde están las llaves? las tenia justo aquí, carajo no las encuentro- escupí con fastidio mientras buscaba por todos mis bolsillos, luego de unos segundos ya las tenia en mi mano.

Abrí la puerta con tanta dureza que por poco casi la rompo, me senté y procedí a encenderlo. Otro problema más, tampoco quería encender.

- PEDAZO DE MIERDA, ENCIÉNDETE, VAMOS, ENCIÉNDETE LA PUTA MADRE- entré en pánico y me sentía abrumado, nunca me salía nada bien.

No quería pensar en que la batería estaba muerta, era lo último que deseaba. No me rendí y seguí intentando, tuve un poco de suerte y el auto encendió en el sexto intento. Ahora solo faltaba que Jaehyun escapará del lugar, busqué en los asientos y dentro del auto algo con que podría ayudarlo pero no había absolutamente nada, a menos que atacará a ese espectro arrojándole sobre la cabeza mi estúpida cámara. Debía calmarme pero no podía, tenía que confiar en él. Toqué sucesivamente la bocina en señal de que ya estaba listo pero no veía a nadie salir de allí.

- No puedo quedarme sin hacer nada, por primera vez debería dejar de ser un inútil.

Si debía defenderme con mis manos, lo haría, ya no me importaba pero necesitaba ayudarlo. Caminé de nuevo por el frondoso jardín y solamente llegué hasta la mitad del camino cuando la imponente puerta de madera se abrió ante mí. Ya no escuchaba tiros, el viento se había calmado y el interior se asemejaba a una boca de lobo. Mi corazón se aceleró a mil por hora, temía lo peor. Di un paso más y noto que algo cae sobre los escalones de la entrada, se trataba de Jaehyun.

Lo tomé en mis brazos y llamé su nombre en voz alta.

- Jaehyun, despierta, Jaehyun, dios- el chico estaba inconciente pero no estaba muerto, podía notar como su ropa se encontraba un tanto sucia y un pequeño corte adornaba su frente. Lo moví desesperadamente una y otra vez, como no respondía tuve que recurrir a lo ultimo que podía hacer. Levante mi mano lo más alto que pude y le di una tremenda cachetada en todo ese bello rostro, si con eso no se despertaba iba a ser su fin.

Al momento que mi mano chocó con su mejilla derecha, Jaehyun dio un sobresalto hasta quedarse de rodillas, me daba la espalda pero por una extraña razón sentí que iban a matarme. Dio vuelta la cabeza al igual que la mina del exorcista y se acercó a mí. Me tomó de los hombros y me dio una cachetada.

- ¿Sabes que existen otras formas para reanimar a las personas, no? ¿Acaso nunca escuchaste del RCP?- sonrío con una sonrisa aterradora y ojos furiosos.

- Eso dolió, hijo de puta- hice puchero y acaricie mi mejilla para aliviar el dolor, hasta que mi mano fue apartada y Jaehyun posó un suave beso sobre la levemente colorada piel.

- Me gustaría quedarme a contemplar tus ojos llorosos bajo esta hermosa luna, pero TENEMOS QUE IRNOS YA ANTES DE QUE ESA COSA VUELVA.

- No se diga más, estoy de acuerdo.

Me agarró del brazo y corrimos hacia mi auto, puse las llaves y en unos segundos ya nos encontrábamos lejos del lugar. Mi ritmo cardiaco volvía a normalizarse y mi mente finalmente se aclaraba. Mis manos se posaban ligeramente sobre el volante, el cielo se cubría por una manta oscura decorada con las estrellas que se daban lugar detrás de las finas nubes. Encendí la radio pero bajé el volumen cuando quise escuchar su voz.

- Cuéntame como hiciste para salir de ahí, ya te creía muerto. Si no salías en 5 minutos más, ponía en marcha mi lindo culo y te dejaba atrás.

- Que buena persona eres, de verdad te lo digo.

- Me agrada que lo hayas notado- dije orgullosamente.

- Ni yo se, me encontraba apuntando a puntos ciegos ya que al ser un fantasma o lo que mierda era, las balas no dañaban su cuerpo, en ese momento me habré visto como un bobo. Solamente causaban un gran agujero en su pecho que lo detenía por una cuestión de segundos. Por un momento no logré encontrarlo y decidí esconderme en una de las habitaciones, así estuve unos minutos hasta que decidí volver a enfrentarlo pero seguía sin aparecer. Corrí como nunca hasta que una sensación de asfixia invadió mi cuerpo y caí sobre las escaleras, eso debe haberme causado este corte en la frente. Me sentía mareado y allí estaba, mirándome desde arriba, queriéndome arrastrar a lo mas recóndito del infierno. No se lo permití y utilicé mis dos últimas balas para arrastrarme hasta la entrada, me desmayé y cuando desperté te vi, un mar de lágrimas a punto de desbordarse en esos brillantes ojos irresistiblemente encantadores. Te lo dije, deberías dejar de llorar como una niña.

- Yo no lloro como una niña, tampoco es que iba a estar devastado si te morías, tampoco era para tanto. Solamente quería ayudarte.

- Deja de engañarte a ti mismo, puedo analizar fácilmente a las personas, te lo mencione antes. Morías por verme de nuevo. Admítelo.

- Si que eres pesado, cállate que ya estamos por llegar a mi casa.

Estaciono mi auto en el garaje y destrabo las puertas del auto. Yo salgo primero y Jaehyun me sigue por detrás, la noche lucia bastante agradable.

- ¿Así que tienes toda esta casa para ti?- dijo Jaehyun observando detenidamente los alrededores.

- No, vivo con mi tía. Aunque esta noche no esta, se habrá ido de fiesta con sus amigas solteronas. Dentro de poco me mudaré a un departamento cerca de mi universidad, para tener un poco más de privacidad, ya sabes- respondí dejando las llaves sobre la mesa.

- Ven, siéntate- le ofrecí un asiento en el sofá.

- ¿Por qué robaste ese dinero? ¿Qué es lo que ellos te hicieron?- pregunté directamente.

- Mi padre fue un empresario. Había construido su propia compañía junto a gente en quien confiaba, amigos de toda la vida, personas que nunca lo traicionarían. Mientras mas la compañía crecía, gente poderosa se fue asociando con él. Mi padre era un hombre tranquilo, un hombre trabajador y a pesar de haber estado en la cima no se la creía ni un poco. Estas basuras se aprovecharon de su ingenuidad y metieron mano donde no debían, causando que la compañía se destruyera y quedara en bancarrota. Al poco tiempo mi padre no podía recuperarse, lo habían dejado sin nada. Fue un tiempo muy doloroso para nuestra familia, ya que una noche lo encontré allí, colgando del techo de su habitación- Jaehyun cerró los ojos y quedo mirando un punto fijo sin decir ni una palabra más.

- Verás, ese dinero era una parte de lo que le correspondía a él. Aún queda mucho más pero no volveré a intentarlo. Aunque tenga todo el dinero del mundo, eso no me devolverá jamás a mi padre.

No necesitaba decir nada más, su mirada lo decía todo. Sus oscuros ojos solo transmitían dolor, buscando que alguien lo salvará de esa angustia.

- Estoy seguro que tu padre se sentiría orgulloso, porque a pesar de que no haya funcionado del todo, por lo menos hiciste justicia por él, buen trabajo- lo miré y palmeé su espalda.

- Jaehyun ¿Qué haces?

Casi salto de mi asiento cuando sentí sus finos y suaves labios sobre los míos, sus dedos recorriendo mi mejilla y su otra mano trazando largas líneas sobre mi espalda. Me subo sobre su regazo y puedo sentir nuestros corazones latir al mismo tiempo, como si fueran uno solo. Sus manos se acomodaron sobre mis caderas y comienzo a moverme un poco, el beso se fue intensificando a tal punto que suaves gemidos salían continuamente de mi boca. Su lengua recorría mi cuello causándome un placer inexplicable. Nos detuvimos y susurré en su oído.

-Vayamos a mi cuarto.

Ghost Hunter (JAEYONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora